Manu Orozko, el hostelero que evita la muerte de niños en India

Este año se ha marcado como reto recaudar algo más de 12.000 euros, que servirán para adquirir tres monitores fetales con los que se garantizarán los cuidados de neonatos y niños de familias desfavorecidas. Los equipos reforzarán la atención de los departamentos de pediatría, ginecología y obstetricia del hospital del Kalyandurg, una zona rural en la que la Fundación Vicente Ferrer lleva años involucrada y en la que también el propio Orozko ha colaborado en varias iniciativas.

«Los hospitales de la Fundación Vicente Ferrer surgen como una alternativa para la población más vulnerable, les facilita el acceso a un servicio de salud de calidad y asequible a su economía. Con los monitores podrá controlarse los latidos del bebé y el oxígeno para poder evaluar la salud del feto antes del parto», explica el propio Orozko. Además, comprarán cuatro calentadores radiantes para tres incubadoras que servirán de cara a mantener la temperatura corporal de los recién nacidos. Se beneficiarán un total de 900 bebés al año.

No es la primera vez que el nombre de Basauri está vinculado a una maternidad. De hecho, en Bolivia hay un edificio que lleva el nombre del municipio vizcaíno. Hace diez años asociaciones y clubes del municipio se volcaron en la recaudación de dinero para poner en marcha el centro hospitalario en la región de Portachuelo.

El proyecto en esta ocasión se financiará con la venta de participaciones de 10 euros con las que se juegan cuatro euros a dos números distintos. De momento, se han recaudado 4.500 euros con la venta de 2.000 papeletas. El dinero mayoritariamente lo han conseguido de la venta de los boletos, aunque también ha habido donaciones personales de basauritarras que se han querido volcar a titulo personal con la iniciativa. «Si vendemos toda la lotería prevista sumaremos algo más de 8.000 euros. Nos está ayudando la tienda Almadraba y el gimnasio Nagusia también nos apoya», recuerda Orozko.

La idea es sumar todo el dinero antes de fin de año para así podérselo entregar a la Fundación Vicente Ferrer y a Roberto Gil Iñiguez de Heredia, un médico vitoriano que es el que está trabajando en la India para crear la unidad pediátrica. «Nosotros hemos querido hacernos cargo de una parte del proyecto para que se haga más liviano y entre todos conseguir la ayuda. La Fundación me propuso participar en esta idea y me pareció bien», recuerda Orozko, que además este pasado verano ha tenido la oportunidad de viajar al país asiático.

Cada año consulta las ideas en las que trabaja la ONG y elige un proyecto en el que involucrarse. «Es una entidad que lleva muchos años, muy seria y con una estructura a copiar, tiene 3.500 empleados en la India. Es una pasada», recuerda. En esta ocasión, si con la venta de lotería no se logra todo el dinero previsto, Katilu organizará conciertos y comidas solidarias en las próximas semanas. «Este es el proyecto número 15. Hay mucha gente que necesita ayuda, tengo la suerte de haber hecho en estos años muchos amigos en la India y es gente muy agradecida, te acogen con mucho cariño y la ayuda siempre llega», afirma el bilbaíno, basauritarra de adopción.