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La comarca de Nervión-Ibaizabal puede presumir de contar entre sus vecinos con 'ángeles de la guarda'. Personas que de forma altruista toman la decisión ... de cambiar la vida de otras a las que ni siquiera conocen. Un caso conocido es el del basauritarra Manu Orozko, que en los últimos años ha enviado, gracias a sus iniciativas solidarias, más de 200.000 euros a India para adquirir equipamiento médico. Pero no es el único ejemplo de generosidad en la zona. Beatriz de Francisco, residente en Galdakao, lleva más de una década colaborando con distintas causas en Nepal.
Tras el terremoto que asoló el país asiático en 2015, De Francisco fundó, junto a un grupo de voluntarios, la ONG Samsara. Desde entonces, se han apoyado en otras entidades nepalíes y españolas para poder llevar a cabo el proyecto Ananda. Tras adquirir y adecuar un orfanato en la ciudad de Lalitpur, en el valle de Katmandú, la organización vizcaína se ha dedicado a ayudar a huérfanos y niños con deficiencias visuales.
Los pequeños pudieron aprender a leer y escribir en braille gracias a unos ordenadores que trasladaron desde Euskadi los propios voluntarios. Ahora, la ONG busca dar un paso más en el proyecto y ampliar sus servicios. «Queremos que les vean profesionales osteópatas y psicólogos», apunta De Francisco. Han llegado a un acuerdo con una clínica de la zona que les atenderá durante un año.
«Van a hacer revisiones a los niños para determinar quiénes necesitan más ayuda», explica De Francisco. La galdakoztarra señala que buena parte de los menores con deficiencia visual «tienen un problema postural, porque tanto para comer, leer o andar se agachan mucho y eso les produce otras dolencias, desde respiratorios hasta emocionales».
Entre los trece niños que viven en el orfanato, además de los que presentan alguna discapacidad, hay otros que los voluntarios y trabajadores del centro se han encontrado en la calle. «Estamos convencidos de que han sufrido encierros porque rechazan el contacto físico». También hay niñas que han debido experimentar algún tipo de abuso, «porque en cuanto ven a un hombre tienen respuestas de alerta -añade De Francisco-. De ahí la necesidad de contar con psicólogos».
«Se trata de problemas gordos que queremos abordar con profesionales de allí. Aunque parezca má fácil llevar a alguien desde Euskadi, la cultura y el idioma lo desaconsejan», argumenta. En Semana Santa, sin embargo, se desplazarán hasta el orfanato dos voluntarios de la ONG que ayudarán a los profesores del centro y a la encargada que atiende a diario a los niños, enseñándoles a realizar tareas de aseo y de la vida cotidiana.
La labor de Samsara ha permitido que siete de los pequeños del orfanato hayan dado el salto a colegios oficiales de Lalitpur tras aprobar los exámenes de acceso, gracias a la formación recibida en el orfanato. El caso de los niños con discapacidad visual es más complejo, ya que la sociedad tiende a dejarles de lado. De Francisco recuerda que mantener en activo la organización es una tarea costosa que precisa de «apoyo institucional» para poder seguir desarrollándose.
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