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ADOLFO LORENTE
Enviado especial. Amberes
Jueves, 21 de septiembre 2017
Ocurrió a las 13.51 horas. El presidente de la Sala preguntó a los padres si querían añadir algo antes de dar por finalizado el juicio. Sí, dijo Koro: «Quiero verle». Sólo pidió poder mirar a los ojos a Youssef Mabtoul, el joven magrebí que robó el móvil a su hijo aquella maldita madrugada del 19 de octubre de 2013. Estaban sentados en dos bancos diferentes colocados en paralelo, separados por apenas metro y medio. Koro se levantó, se acercó hasta el joven esposado y le miró. No dijo nada. Fueron cuatro segundos eternos, durísimos. ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué me has hecho esto?
Fue un día complicado, de esos que uno desea que finalice antes incluso de que comience. De nuevo, Amberes; de nuevo, Hodei. Sus padres volvían a la ciudad que les arrebató a su hijo. Murió ahogado en el imponente río Escalda, cuyas entrañas le dejaron escapar 853 días después. Corría el 19 de febrero de 2016. ¿Qué ocurrió? Jamás se sabrá. Así lo ha reconocido la propia Fiscalía al asegurar ya a finales de 2015 que la Policía no logró encontrar pruebas que confirmen el vínculo entre los atracos y la desaparición. «Este no es el juicio que deseábamos. Nuestro juicio es sobre la muerte de Hodei», lamentó su padre, Koldo Egiluz. ¿Y llegará algún día ese juicio? «Es muy difícil», admitió «decepcionado».
21 de septiembre de 2017. Ayer, por fin, casi cuatro años después de los hechos y con tres horas de retraso sobre la prevista por carecer de intérpretes de árabe, se celebró en el Palacio de Justicia de la ciudad flamenca la vista oral sobre los dos atracos sufridos por el joven de Galdakao antes de caer al río. Hay cuatro acusados, pero tres están en paradero desconocido y el cuarto, Youssef Mabtoul, acudió porque no tenía más remedio, ya que está en la centro penitenciario de Lovaina por otros delitos y fue trasladado por los agentes de la Policía.
Junto a Jaouad Moubssir le inmovilizó para sustraerle el móvil, como ellos mismos confesaron. Por su parte, Mohamed Yachou está acusado de robarle la cartera e intentar usar su tarjeta de crédito en un cajero. Para los tres, la Fiscalía de Amberes pide cuatro años de prisión al concurrir una seria de agravantes por su historial delictivo. La cuarta persona acusada es Carmen Trimbitas, la mujer de nacionalidad rumana que por 60 euros compró el móvil robado a uno de los implicados, que resultó ser novio de su hija. Para ella, el Ministerio Público pide seis meses de cárcel. El 20 de octubre, cuando se cumplirán cuatro años y un día después de su muerte, se conocerá el veredicto.
Que el día era realmente complicado para los padres lo evidencia el sentido abrazo que se dieron cuando el juez dio por finalizada la vista. «Este no es el juicio que queríamos», insistía Pablo. Tampoco tenían ganas de compartir sala con las personas que robaron a su hijo. Al final, tres no fueron, pero Mabtoul, sí. «Moralmente estoy convencido de que tomó parte y de que estaba allí en el momento de la caída», denunció el padre, que llegó a acusar al Gobierno belga de ser «responsable subsidiario» de la muerte por «permitirles salir para que se reinserten y su reinserción es volver a atracar con violencia».
El padre llevó la voz cantante ante los medios, pero Koro, esta vez, también quería hablar. «He tenido que escuchar cómo decían que tienen que robar para comer, que no tienen futuro... Aquí, el único que no tiene futuro es Hodei, mi hijo», clamó.
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