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LEIRE PÉREZ
Lunes, 12 de septiembre 2022, 15:31
Los Bomberos consiguieron controlar en la medianoche de ayer el incendio forestal que horas antes se había originado en un monte de Zeberio, que afectó a entre 25 y 30 hectáreas. Pese a que el peligro ya había pasado, durante toda la jornada un retén ... se mantuvo en el lugar en tareas de vigilancia, mientras los vecinos continuaban en estado de 'shock'. «Estamos acojonados. Seguimos enfriando el terreno con la manguera. Igual nos ven y dicen que no hace falta, pero tenemos tanto miedo a que se reavive que aquí seguimos», explicaba ayer Aitziber Mendibil, residente en la zona.
La del domingo fue una jornada muy larga para su familia. «Por si acaso estuvimos repasando la tierra, humedeciéndola hasta pasada la medianoche. Con este viento y el calor podía saltar otra vez», argumentaba. El termómetro a esas horas rozaba los 40 grados. El fuego comenzó a las 15.00 horas en un lugar próximo a los barrios de Arbildu y Uriondo.
Los residentes en el caserío más cercano al foco estaban en pleno almuerzo cuando empezaron a oler a quemado y vieron humo. No tardaron en llamar al 112, aunque a los pocos minutos las dotaciones de Bomberos empezaron a desfilar por la zona, lo que les hizo pensar que «igual alguien más también llamó» a los servicios de emergencia.
Es la tercera vez desde mediados de julio que ese monte es pasto de las llamas. En esta última ocasión, las llamas llegaron a saltar por encima de los bomberos y se quedaron a escasos metros de la vivienda. Un vecino logró poner a salvo «por los pelos» a sus ovejas y los panales de abejas ubicados bajo unos árboles. «Los Bomberos consiguieron apagar el fuego in extremis. Se quedaron sin agua y en ese cambio el fuego corrió. Hacía muchísimo calor», recordaba ayer Mendibil a EL CORREO.
Su casa era la única de la zona que en el momento del incendio estaba habitada. Hay otro caserío medio kilómetro más abajo, pero como está en obras, no había nadie en el interior. Ayer se podía contemplar cómo las llamas habían cercado la casa. «Están siendo muchos incendios en poco tiempo en un mismo pinar. Hay veces que puede ser que se haya reavivado un fuego previo por el calor, pero esta vez se ha iniciado en otro punto», analizaba la vecina.
Los residentes del barrio de Uriondo, cercano a la zona siniestrada y donde hay una decena de viviendas, llevan semanas preocupados. «Sale fuego de repente al mediodía, cuando estamos comiendo. Vete tú a buscar al responsable. Tenemos miedo porque está claro que hay alguien que está detrás de esto», afirmaba Jesusa Ugalde.
El alcalde de Zeberio, Karlos Idirin, también reconocía que «algo raro está sucediendo». «Es muy repetitivo y tenemos miedo. En menos de dos meses ha pasado tres veces en el mismo lugar. El 18 de julio fue la primera vez, pero después cayeron dos chaparrones fuertes que eliminaron cualquier foco. Pero la semana pasada se desató un nuevo fuego y ahora otro. No podemos decirlo a ciencia cierta, pero lo que está ocurriendo no es normal», explicó. «El domingo sentimos mucha impotencia porque a eso de las 18.30 horas temimos que se propagase hacia el barrio de Uriondo. Hubiese sido terrible, imposible de parar. Los bomberos hicieron un esfuerzo titánico por salvar los dos caseríos más cercanos», añadió. El Ayuntamiento estuvo a punto de dar la orden de desalojar la zona, aunque finalmente el viento no giró y el casi medio centenar de bomberos -procedentes de cinco parques- y operarios de la Diputación desplazados al lugar logró controlar las llamas.
Hasta el lugar se trasladaron 15 vehículos, nueve de ellos camiones cisterna para garantizar el agua en las labores de extinción. Un trabajador tuvo que ser evacuado al hospital tras sentirse indispuesto por inhalación de humo.
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