Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Dieciocho años después de que falleciese Esteban Loroño, un vecino de Galdakao que en 2005 donó al Ayuntamiento toda su herencia, valorada en 634.000 euros, al fin, se cumplirá su voluntad. Sus bienes y ahorros servirán para ampliar la residencia San Andrés de Zuhatzu, ... después de que los responsables municipales hayan llegado a un acuerdo con la familia, que era la encargada de cumplir los deseos de Loroño. El futuro inmueble llevará su nombre y se añadirá a la edificación actual. Comenzará a edificarse el año que viene y, como el importe de la donación no cubrirá la totalidad de los gastos, el resto de la cuantía lo sufragarán las arcas municipales, según han anunciado portavoces del gobierno local.
No ha sido fácil alcanzar un acuerdo con los albaceas, las hermanas de Esteban Loroño y sus descendientes, encargados de cumplir su última voluntad. Durante estos años no había un destino concreto para la herencia que satisficiera sus deseos. El vecino dejó claro en su testamento que el dinero se entregaba a cambio de la construcción de una residencia para mayores.
El caso ha recorrido un largo camino y ha sido complicado de desbloquear. En 2006 el Ayuntamiento recibió de forma inesperada la noticia de la herencia del vecino, que en vida regentó un taller de reparación de coches en la curva Ibaizabal. Dejaba al erario público un terreno de 7.800 metros cuadrados en Olabarrieta, una casa, una lonja y un coche antiguo.
Dos años después, la institución local puso a disposición de la Diputación de Bizkaia los bienes. La única condición fue que se construyese una residencia en los siguientes cinco años. El ente foral se comprometió a levantar un edificio valorado en 12 millones de euros y a utilizar la herencia para sufragar parte de la obra. Incluso llegó a anunciar que contaría con un centenar de plazas. Sin embargo, pasaron los años y las excavadoras ni siquiera llegaron a remover el terreno.
El Ayuntamiento aprobó una prórroga de cuatro años más, pero tampoco así el departamento de Acción Social comenzó a actuar en la zona ni consideró el proyecto como prioritario. Justificó entonces que el modelo residencial que se pretendía edificar ya estaba agotado como recurso.
El ente foral propuso realizar otros proyectos, algo a lo que se negó de forma frontal la familia del fallecido. Con la intención de recuperar la herencia, el Ayuntamiento también sugirió en 2018 destinar el dinero a otro tipo de inversiones sociales, pero la oferta se encontró con el mismo rechazo.
Los años siguieron pasando y se seguía sin cumplir la voluntad de Loroño. En 2019 la institución local solicitó a la Diputación la devolución del terreno de Olabarrieta y del resto de propiedades. Recuperó las conversaciones con los dos albaceas de la familia que permanecían vivos, puesto que las otras dos personas designadas habían fallecido en este tiempo. Tras varios encuentros, ha llegado el acuerdo.
Los responsables municipales decidieron encarar las negociaciones por sí mismos, sin contar con el departamento de Acción Social de la Diputación de Bizkaia, y ofrecieron a los familiares del difunto destinar el dinero a la actual residencia municipal. Los técnicos municipales han elaborado un anteproyecto, que ha sido bien recibido y que incluye nuevos espacios para los usuarios, baños más cómodos y una zona de terrazas y solarium. Parte de la herencia servirá además para que los residentes no pasen frío al poder aislar el edificio.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.