El festival de folklore de Galdakao acerca la cultura de Osetia del Norte y Ruanda

El certamen, impulsado en colaboración con el Ayuntamiento y la Diputación, plantea este año la posibilidad de conocer algo más de Osetia del Norte, territorio situado entre Georgia y Chechenia. Con una superficie de 8.000 kilómetros cuadrados y 700.000 habitantes, esta república rusa ocupa una posición estratégica. «Goretz es testigo de un amor feroz de este pueblo por su pasado, que sigue defendiendo con mucho talento», explican desde el Consistorio. En sus espectáculos, detallan los organizadores del evento vizcaíno, las mujeres, «en sus formas altaneras, bailan con una ligereza de sílfides en la dulzura de la seda y la fragilidad de los colores. El arrugamiento de las sedas simboliza la paz del guerrero y el calor de los encuentros».

Los hombres, por otro lado, «representan la fuerza del gesto y rivalizan con saltos que caen sobre las rodillas. Llevan a la cintura cuchillos y al pecho cartucheras, que son su medio de defensa. Visten gorros de piel, abrigos espesos y coloridos y botas altas de cobre fino». Forman pirámides «donde parecen burlarse de la gravedad» en unas coreografías que «recuerdan su compromiso militar; sus tambores acompañan algunas de sus danzas más brutales», ambientadas también con el acordeón, las balalaicas (instrumento de cuerda similar a una guitarra) y las voces de las mujeres.

También llegarán a Galdakao los ritmos de Ruanda con el conjunto folklórico Inyamibwa, que promueve la cultura del país africano, la paz entre las diferentes etnias y la armonía a través de las artes y las tradiciones populares. Con sus movimientos, el grupo «cuenta lo rica que es esta tierra, pero al mismo tiempo atormentada». «Se dice que es el país de las mil colinas y que Dios pasa sus días en otro lugar, pero vuelve a Ruanda para dormir», apuntan desde el Ayuntamiento.