leire perez
Viernes, 11 de septiembre 2020, 11:44
La situación a la que está abocando el Coronavirus a los pacientes de las residencias genera «daños irreparables». Así lo creen las familias de centros como el de Bizkotxalde en Basauri. Varias de ellas han remitido un escrito en el que requieren que se tenga ... en cuenta la «situación epidemiológica» del municipio a la hora de establecer las condiciones que deben marcar las visitas. «Esto no va a ser cuestión de un mes, va para largo y se debe normalizar la vida de nuestros padres y familiares», explican. «Estamos sumamente preocupados por la situación actual, va para cinco meses que están prácticamente aislados y esto les afecta negativamente. Entendemos que la situación no es fácil, pero el deterioro que les estamos notando es muy grande y no sabemos cuánto de irreversible. Es imprescindible que se den los cambios necesarios tanto en los horarios como en la forma de las visitas, así como en su estancia dentro de la residencia para que mejore su situación», recoge el escrito.
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El centro fue duramente castigado al comienzo de la pandemia y más de una decena de pacientes perdieron la vida. Desde entonces, la instalación en la que duermen personas y otras 50 más en el centro de día, ha intentado mantener a raya al patógeno y lo más importante, lograr que no se cuele en el interior porque sería nuevamente devastador. Para ello se están haciendo pruebas y PCR de forma periódica y ante un positivo se actúa rápidamente como sucedió a mediados de agosto que se trasladó un usuario asintomático a la unidad sociosanitaria de Birjinetxe.
El pasado 31 de agosto las familias recibieron un comunicado en el que la dirección informaba de la situación, pero que les ahondó más aún en el dolor que ya sufren por no poder mantener un contacto estrecho con sus familiares. Desde septiembre únicamente pueden mantener dos encuentros de 25 minutos, sin libertad de movimiento y sentados, aunque sea en el jardín de la residencia.
«Únicamente puede entrar la misma persona y solo estar sentado, sin ni siquiera poder dar un paseo y menos acercarse, dar besos y abrazos. En mi caso las hijas no podemos ir y solo acude la pareja de mi madre. Es un protocolo tan sumamente restrictivo que les está haciendo mucho daño a nivel emocional. Muchas de ellas no entienden, se morirán de pena. Si no hay tantos casos fuera, se podría flexibilizar un poco y aumentar el horario de visitas», solicita una basauritarra que tiene a su madre de 69 años ingresada con una demencia.
La semana pasada en Juntas Generales EH Bildu trasladó algunas de las reclamaciones de los allegados. «Las instituciones lejos de haber aprendido algo de todo lo sucedido han tomado las mismas que hemos conocido hasta ahora, limitar o prohibir las visitas y suspender las salidas de los residentes. El confinamiento en general e indiscriminado», explicó la juntera Izaskun Duque.
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Duque que puso como ejemplo a la residencia basauritarra recordó que «la Asociación Española de Geriatría y Gerontología y Médicos Sin Fronteras ha advertido de las muy graves consecuencias del aislamiento». «Se debe guardar un equilibrio entre la salud física de los residentes y la emocional», solicitó. En este sentido, recordó el suceso registrado en Aspaldiko de Portugalete donde un anciano de 91 años decidió quitarse la vida. «La situación de aislamiento y soledad que sufren estas personas son un reactivo para las depresiones que pueden llegar a situaciones de autolesión. Un caso es aislado hasta que se repiten y dejan de serlo», añadió la representante abertzale.
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