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La Ertzaintza detuvo la noche del pasado martes a un vecino de 51 años de edad y viejo conocido de la Policía Local de Etxebarri, tras ser sorprendido intentando quemar tres vehículos de la Guardia Urbana. Los coches patrulla estaban estacionados frente a la comisaría ... de la localidad y fueron los propios agentes que estaban de turno los que detectaron fuego en los bajos. Salieron corriendo con los extintores bajo el brazo y sofocaron las llamas, que aún no se habían propagado por los vehículos. En el lugar localizaron, además, las cajas de pastillas que se habrían utilizado para iniciar el fuego.
Desde la comisaría etxebarritarra contactaron con la comisaría de Basauri para poner en marcha un dispositivo conjunto para localizar al presunto autor de los hechos. En los últimos meses los agentes municipales han tenido que salir en más de una ocasión corriendo con el extintor en la mano para evitar que sus coches ardiesen. En concreto, se han producido otros dos episodios similares, además de descubrir en otra ocasión las ruedas pinchadas. Los agentes sospechaban que podría ser la misma persona, un viejo conocido por otro tipo de denuncias, y que contaba ya con una orden de alejamiento de la propia comisaría.
Una patrulla de la Ertzaintza le encontró finalmente en un parque y en el registro corporal hallaron «unos guantes, mecheros, iniciadores de fuego, periódicos y un imán», según ha informado el Departamento de Seguridad. El vecino de Etxebarri fue arrestado por un delito de daños y por quebrantar de la orden de alejamiento. En estas últimas horas ha sido trasladado al Juzgado de Guardia de Bilbao.
Se trata de un vecino de 51 años que amontona un largo historial de denuncias. De hecho, la orden judicial de alejamiento que le impedía acercarse a la comisaría le fue impuesta por un juez después de que en marzo del año pasado fuera detenido por haber incendiado un total de 21 contenedores en diferentes calles de la localidad. Entonces, cuando la Policía Municipal le identificó gracias a la declaración de un vecino, comprobó que tenía en su poder una caja con pastillas para barbacoa y un mechero. Por esos hechos el Ayuntamiento le requiere cerca de «31.000 euros referentes a los daños en los contenedores, pero también en la aceras que entonces provocó el fuego», según ha podido saber EL CORREO.
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