El grupo ecologista de Basauri Sagarrak ha denunciado este jueves la tala de más de medio centenar de árboles en varias zonas del municipio por parte del Ayuntamiento. En concreto, en el parque de Bizkotxalde y en la ribera del río, junto a la Torre de Ariz. Hasta esos dos lugares se han desplazado varios miembros del colectivo para realizar protestas ante la decisión municipal de retirar los ejemplares. En el Consistorio, justifican esta medida aduciendo motivos de seguridad y la detección de enfermedades en algunos de ellos.
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Las explicaciones no han convencido a los ecologistas, que aseguran que tras observar los tocones -la parte del tronco que queda unido con la raíz cuando se corta- han afirmado que «algunos árboles estaban sanos». Sin embargo, el colectivo coincide con los dirigentes municipales en que otros, en cambio, sí presentan alteraciones u hongos. Con todo, la cantidad de ejemplares eliminados les parece «excesiva».
Las labores de tala se han centrado en retirar los álamos de los parques de Bizkotxalde y Kantalazarra y los chopos que se extendían por la calle Fernando Barquín. Según los miembros de Sagarrak, estos últimos podrían alcanzar los «40 o 50 años» de existencia. Y cortarlos supone «una gran pérdida para el pueblo».
En Sagarrak piden al Ayuntamiento pruebas que determinen el problema de todos los ejemplares que han sido cortados y anuncian que elevarán su queja por escrito «aunque sea ya más un tema simbólico porque ya los han talado». El grupo ecologista local reitera su «pesar» por «ver cómo la masa arbórea urbana más grande de Basauri, que es el parque de Bizkotxalde, pierde este volumen de ejemplares».
El equipo de gobierno, formado por PNV y PSE, ha apuntado que la decisión de retirar los álamos y chopos responde a las indicaciones recibidas por parte de los técnicos municipales y del servicio de mantenimiento de parques, jardines y arbolado. Los informes remitidos al ejecutivo local confirmaron la presencia de varias anomalías en la flora urbana. «Tienen daños causados por cancros, pudriciones, hongos xilófagos y ataques de insectos perforadores», aseguran fuentes municipales.
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Unido a esto, «a causa de diferentes episodios de mal tiempo, algunos árboles han caído al suelo, con el consiguiente peligro para los transeúntes», ha indicado el alcalde, Asier Iragorri (PNV), que ha expresado su voluntad de «ser muy prudentes para que no vuelva a ocurrir». Por eso, el regidor ha avanzado la intención de «aumentar la frecuencia de las podas».
Las talas se están realizando en el municipio en función de la urgencia «que aconseje su estado». Los 56 árboles en los que se está actuando estos días -29 en el parque de Bizkotxalde, 21 en la calle Fernando Barquín y 6 en el parque Kantalazarra- van a ser sustituidos por ejemplares nuevos. Aunque todavía no se ha desvelado dónde se ubicarán los brotes, el Ayuntamiento sí ha anunciado que se repoblará el municipio con 60.
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En Sagarrak esta medida les parece «insuficiente» porque «no se trata de cambiar unos árboles por otros; los que tienen más años son más grandes y capturan más dióxido de carbono, mientras que los que están recién plantados tardan años en crecer y ser capaces de igualar a los anteriores», subrayan.
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