Los últimos días han sido muy complicados en el Embarcadero de Basauri, una zona en la que se reúnen los skaters de la localidad y que ha quedado profundamente marcada por la muerte de Erlantz Núñez. El joven de 21 años y residente en la ... localidad perdió la vida en la medianoche del martes de la semana pasada, cuando caminaba por las vías y fue arrollado por un tren que se encontraba realizando maniobras a la altura del barrio de Urbi.
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Al cumplirse una semana de la trágica noticia decenas de personas se han concentrado en la plazoleta para rendirle un emotivo homenaje. «Después de días y días de llorar ahora hay que recordarlo como a él le hubiera gustado, de forma alegre», explicaban sus colegas en la 'patinada' organizada para que todo aquel que quisiera se animara a participar a lo largo de toda la tarde. Era en cierto modo la excusa para reunirse y compartir recuerdos del que será un «amigo para siempre. Permanecerá en nuestros corazones».
Junto a la escultura urbana de Agustín Ibarrola se reunieron amigos skaters, otros que estudiaron con él y algunas más de una segunda cuadrilla con la que compartía otras aficciones. Le sintieron «cerca». También acudieron sus familiares, que no paran de agradecer las muestras de cariño que están viviendo estos días. «Nos han invitado a venir para estar con ellos y participar en este acto», reconocían emocionados y con la piel a flor de piel.
En los últimos días los ramos de flores y fotografías se amontonan en un lugar al que iba a practicar el deporte que más le gustaba, pero también a compartir confidencias y favores. Si algo recuerdan los skaters es que «Erlantz era un buen tipo, ayudaba a todo el mundo, aquí nos respetamos y nos llevamos muy bien, cuidamos unos de otros».
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«Él era el mejor, especial, diferente, nunca tenía una mala cara, una contestación inadecuada, con él siempre teníamos las risas aseguradas, por eso queremos despedirle como se merece, con una fiesta, todo lo hacemos en su honor. Ha sido terrible todo esto», afirmaba Jon Galarza.
El Embarcadero es el «punto de quedada» de los patinadores de Basauri que prefieren practicar su deporte en la calle –en Basozelai hay un skatepark con rampa– y aquí era donde el joven vecino de Ariz se sentía «más a gusto». «Aquí vienes a hacer ejercicio, pero también eres bien recibido si llegas sin patín. Es un lugar muy cultural, a cualquier persona se le escucha y Erlantz era uno de los que hacía esto posible», aseguraba Galarza. «Es muy duro, era un chico muy hermoso, muy agradable con el que llegaba nuevo, a los dos nos gustaba el punk», señalaba Valeria. «Un buen chaval», resumían Izaro y Ugaitz.
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