La cruz del Gorbea ya luce su tradicional belén

La cruz del Gorbea ya luce su tradicional belén como cada invierno desde hace más de medio siglo. La cuadrilla de montañeros que inició esta costumbre allá por 1970, no ha faltado a su cita y este sábado realizó la ascensión hasta la cumbre del monte para colocar el Nacimiento a mayor altura de toda la geografía española, a 1.482 metros. En esta ocasión, han cambiado los disfraces de otros años por la blusa de Begoña y la txapela y han tenido muy presente a su compañero Txema, fallecido en junio y 'alma mater' del grupo.

Aunque esta tradición tenga más de 55 años, este diciembre, el belén ha cumplido su 40 aniversario. Josu Beltrán, uno de los montañeros, explica a EL CORREO que «a lo largo de este tiempo, hemos tenido que cambiar por circunstancias atmosféricas, por vandalismo e incluso a uno de ellos se lo llevaron las inundaciones de Bilbao de una lonja en la que dormía en el Casco Viejo». El actual, que goza de mejor salud que sus antepasados, «está hecho en forma de caserío vasco con chapa galvanizada de Altos Hornos de Bizkaia, con el famoso 'All Iron' de Gallarta, en la famosa mina Concha II», desgrana Beltrán.

Esta cuadrilla entusiasta se ha ido disfrazando en los últimos años de distintos personajes para llegar hasta lo alto del Gorbea. El pasado invierno, Baby Yoda, los mandalorianos y varios Darth Vader se dejaron ver por el monte más alto de Bizkaia, aunque ha habido otras ediciones en las que han optado por convetirse en piratas, romanos o escoceses.

Todo empezó en 1970 cuando a un relojero navarro afincado en Bilbao, Pablo Valencia, que era muy aficionado al Gorbea, le dio por llevar las figuras para celebrar la Navidad. No pudo hacerlo por mucho tiempo y cuatro años después cedió el testigo a un integrante del club de montaña Juventus de Bilbao.La tradición de llevar un pesebre a la emblemática cima llegó a Bizkaia proveniente de Asturias, de Picos de Europa. Y fue curiosamente aquí, en Euskadi, donde año tras año se ha conservado como todo un ritual para este grupo de aficionados.

Estos montañeros, invitan a las nuevas generaciones a que se sumen a esta iniciativa para permitir que el relevo generacional mantenga viva la tradición y no se pierda con el paso del tiempo. «Esta vez nos han ayudado los nietos de uno del grupo con los preparativos, pero solo tienen dos añitos», cuenta Beltrán.

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