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LEire Pérez
Martes, 11 de mayo 2021, 21:43
A pesar de parecer un lugar inhóspito por sus dimensiones, la cárcel de Basauri se ha convertido durante los últimos años en el mejor y único hogar de cerca de una decena de gatos. En otros tiempos incluso el número bordeo la veintena. Dos trabajadoras de la prisión –Chus y Marian, que además forman parte de la protectora Bihotzetik Elkartea– se desviven por ellos. Les dan de comer, les desparasitan e incluso buscan una familia para los felinos recién nacidos.«Están sanos y rollizos», defienden.
Sin embargo, de un tiempo a esta parte, los felinos han generado el rechazo de otros empleados y está enfrentando a los funcionarios. De un lado, los que quieren seguir protegiendo a los animales porque defienden que «no molestan a nadie, están bien cuidados y gracias a ellos han desaparecido las ratas». Ydel otro, los que les acusan de generar «desperfectos y ralladuras en los vehículos».
La discusión ha tomado tal cariz que ha provocado que una veintena de protectoras y asociaciones del País Vasco hayan firmado un documento en el que critican el «acoso y fijación» de un delegado sindical. «El Ayuntamiento la considera sana y controlada. Descarta cualquier tipo de problema sanitario y muestra su agradecimiento a las personas que cuidan, alimentan y mantienen controlada dicha colonia. Están siendo esterilizados y desparasitados por dos voluntarias en colaboración con los responsables del centro penitenciario», señalan.
Y acusan a los detractores de mantener una «cruzada personal». «Ni vamos a permitir más ataques hacia un grupo de 9 animales indefensos ni vamos a tolerar un ataque más hacia las personas que asisten, cuidan y se desviven por mantener las adecuadas condiciones sanitarias y el bienestar de dichos animales», apuntan.
Ante la insistencia de terminar con la colonia, sus cuidadoras pidieron amparo al área de Salud del Ayuntamiento de Basauri porque, aunque se trata de un solar privado, la institución local es conocedora de la actuación. De hecho, se siguen directrices similares a las que rigen en las diecisiete agrupaciones de gatos que hay en el municipio. El Ejecutivo local remitió un informe en el que se valoró la «eficacia» de la colonia contra las ratas y se negó que transmitieran enfermedades. «Aunque no tenemos ninguna competencia, sí es cierto que apoyamos el control mediante CES de las colonias por los beneficios que aporta tanto en el bienestar animal como en el entorno y además así está reconocido por profesionales veterinarios», explica la concejala de Salud, Idoia Ortego.
Dicho informe sirvió al comité de seguridad y salud de la cárcel para dar el visto bueno al protectorado. Sin embargo, el asunto incluso ha llegado a la Dirección General de Instituciones Penitenciarias que ha ratificado la decisión para que los felinos sigan siendo parte de la prisión.
Con este enclave están contabilizados 18 en un municipio, que fue pionero en la puesta en marcha de un programa que esteriliza y controla a los gatos callejeros para que no sean fuente de suciedad y malos olores. El Ayuntamiento destinará durante este año y el que viene 180.000 euros al cuidado de las colonias, el programa CES, pero también para la recogida, traslado, alojamiento y custodia de animales que nuevamente recae en la empresa SEC Servicios y equipos caninos.
Los voluntarios de las colonias en los últimos tiempos han criticado el «déficit del servicio».
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