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CRISTINA RAPOSO
IGORRE.
Jueves, 14 de noviembre 2019
La tensión que desde hace semanas se vive entre los trabajadores de la empresa Araluce y el grupo Batz, que anunció el pasado 3 de octubre el cierre de la matricería de Igorre, no deja de subir. El pasado miércoles la compañía interpuso una denuncia ... ante el juzgado de Instrucción de Durango contra el comité de empresa por «delitos de amenazas, coacciones, vejaciones, agresiones y daños», que se habrían producido durante el desalojo de la planta, en la madrugada del pasado viernes día 8. Según detalla el documento, a las 02:00 horas una docena de personas «con pasamontañas, palos y cuatro barras de hierro en la mano» asaltaron la nave por una puerta que se sitúa en uno de los laterales. Rápidamente los representantes de Batz, que se encontraban en el interior para recoger varios pedidos, llamaron a la Ertzaintza para echar a los intrusos. Luego reinó la calma durante unas horas, pero las complicaciones volvieron a las 06:00 horas cuando 120 trabajadores llegaron para el cambio de turno.
«Son muchísimos los intentos de entrada, aporreamiento de las puertas, golpes y patadas. A las 09:00 se había quedado para hablar con el comité de empresa pero fue una trampa», acusan desde el grupo en la demanda. La situación fue agravándose cuando «algunos de los empleados, que acompañaban al comité, comenzaron a insultar y a amenazar gravemente a los allí presentes». «Hubo lanzamiento de piedras contra la nave. La integridad de los que estuvimos corrió un peligro muy serio», revelan. Tras mantener finalmente la reunión con el comité, aseguran que tuvieron que «salir protegidos por la Ertzaintza». Su intención al acudir a las instalaciones eran «preparar para su carga los troqueles» que tenían que ser entregados a los clientes. Según el documento, las piezas «habían sido desmontadas y repartidas por las instalaciones para impedir su movilización».
Esta versión es radicalmente opuesta a la de los trabajadores, que aseguraron ese día que un grupo de representantes de Batz entró en la planta a la 01.30 horas y «paró la producción» y luego «no dejó acceder a la planta al turno de día». «Hemos venido a las 06:00 horas y el grupo Batz junto con la Ertzaintza nos lo ha impedido. Nosotros solo íbamos a trabajar y nos han tratado como a delincuentes», lamentaba entonces Iñaki Salazar, del comité de empresa. La plantilla aseguró además «que entraron con herramientas y manipularon las máquinas».
Desde aquel día, la matricería se encuentra en situación de «cierre patronal» y las posturas se alejan cada vez más. Precisamente ayer los representantes del comité de empresa mantuvieron varias reuniones para tratar de buscar una solución al conflicto y salvar los 141 empleos de Araluce. Además de con la asamblea de trabajadores, se produjo un encuentro en el Consejo de Relaciones Laborales, cuyos resultados no han trascendido.
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