La asociación de jubilados de Usansolo tendrá bar

La gestión de la concesión de este local de restauración todavía recae en el Ayuntamiento de Galdakao. La institución ha confirmado que esta vez se han presentado cuatro personas y, previsiblemente, esta semana se elegirá a la que se encargará del bar. «Hemos celebrado una mesa de contratación, pero hay que subsanar un par de cosas por problemas técnicos. Se espera que esta semana se seleccione la mejor propuesta», han explicado fuentes del consistorio.

Tras varios intentos en los que la licitación no salía adelante porque quedaba desierta, «por fin volveremos a tener nuestro núcleo social más importante». Esta vez, el grupo de gobierno municipal, formado por EH Bildu, Usansolo Herria y la plataforma vecinal Auzoak, ha mejorado las condiciones. El contrato tendrá una duración de dos años, prorrogable por otros dos, y contará con un incentivo económico de 534 euros al mes, «además del dinero obtenido con sus ventas». La concejala de Acción Social en el Consistorio de Galdakao, Amets Iturbe, apunta que «la persona adjudicataria tampoco tendrá que pagar ningún alquiler por el uso y explotación del bar del centro, y los gastos de agua, luz y calefacción también correrán a cargo del Ayuntamiento».

Delfina Mena, en representación de la Junta de la Asociación de Jubilados Gure Etxea, ha recibido la noticia con «mucha alegría». Afirma que «esto sin bar no es lo mismo, nos daba mucha vida a todos». «Tenemos un espacio muy amplio y somos casi 300 socios. Es un fastidio que no haya alguien encargándose del bar, es un servicio que usamos mucho», explica.

«Estamos muy a gusto»

La falta de local de restauración les ha obligado a adaptarse. «Como no hay bar, tenemos que traernos la comida de otros lugares y es muy pesado», cuenta Mena, que insiste en que no quieren salir de ahí porque «es donde más a gusto estamos». También han instalado una máquina de cafés que «cumple su función, pero preferimos a una persona».

Los vecinos de Usansolo lo echan de menos. Jose Mari Fernández, que fue campeón de tute en Gure Etxea, es claro: «Estaba todo genial, se llenaba de gente y disfrutábamos mucho». Otros ciudadanos, como Lucía Álvarez, recuerdan con cariño la comida que servían. «Antes solía ir por allí y pedir rabas, estaban muy buenas. Es una pena que llevemos tanto tiempo sin bar, daba mucha vidilla». A la asociación también se acercaba Wenceslao Hidalgo y asegura que «es una noticia fantástica que lo vuelvan a abrir».