En el casco viejo de Basauri se encuentra la calle San Fausto, una empinada vía con edificios antiguos. El Ayuntamiento de Basauri, gobernado por EAJ-PNV y PSE, ha informado a los inquilinos de dos bloques que deberán abandonar sus casas para efectuar el derribo ... de las mismas a finales de este año. La finalidad es construir nuevos bloques de pisos.
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Las once familias que viven allí se han organizado para protestar por una situación que consideran «injusta». «Llevamos toda la vida viviendo aquí, hemos hecho amigos en el barrio, nuestros hijos van a colegios de la zona, nuestro hogar es San Fausto», subraya Begoña Martínez.
A finales del año pasado, los vecinos recibieron una notificación por parte de la empresa propietaria de los edificios, Atxalar S. L. En ella, les informaban de que se rescindían los contratos de alquiler vigentes y que deberían abandonar sus hogares. Las familias han continuado viviendo en sus casas y siguen pagando el alquiler. «No queremos ser ni okupas ni morosos», incide Martínez.
«Nos han arruinado la vida, no tenemos dónde ir. Además, somos personas en riesgo de exclusión, ninguna tenemos trabajo, estamos sobreviviendo como podemos con la RGI», explicaba a su vez Sonia Cárcaba. El inmueble cuenta con varios menores de edad, siendo la más pequeña una niña de cuatro años. «Sabemos que lo tenemos perdido, pero vamos a luchar y dar guerra», han declarado todos los vecinos. «Estamos desesperados, no tenemos sitio al que ir», insisten.
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«Se trata de familias muy vulnerables, la zona es una de las áreas con rentas más bajas de Basauri», especifica Pablo Oliveros, portavoz del sindicato Batu Elkarlaguntza Sarea, que está echando una mano a los inquilinos. «Lo que quieren es crear nuevas viviendas para ricos», lanza Oliveros.
El Ayuntamiento de Basauri se ha puesto en contacto con los inquilinos para «facilitarles soluciones habitacionales personalizadas». El derribo está previsto para finales de 2024 y Bidebi, la sociedad pública de urbanismo y vivienda de Basauri, «ya está dando pasos con el fin de que para esa fecha cuenten con alternativas de vivienda». «Queremos mandar un mensaje de tranquilidad a los residentes, aún hay tiempo de buscar soluciones y estamos valorando la mejor», confirman fuentes del Consistorio.
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«La única solución que nos plantean son indemnizaciones ridículas. No queremos dinero, queremos un hogar donde poder vivir», señala Adhellyn Meléndez. Y añade: «A mí me han ofrecido 24.000 euros más 3.000 por gastos de mudanza. No queremos dinero, queremos un realojo».Según los vecinos afectados, las indemnizaciones van desde los 27.000 euros hasta los 60.000. «Nos dicen que con eso nos da para la entrada de un piso, pero luego ¿qué? Hay que pagar la hipoteca y no nos la dan porque cobramos una RGI», afirma Carlos David Fernández. «Tenemos niños pequeños y no encontramos trabajo». Este periódico ha intentado ponerse en contacto con la empresa Atxalar sin éxito.
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