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cristina raposo
Arrigorriaga
Viernes, 8 de enero 2021, 11:38
La felicidad que se respiraba en las calles de Arrigorriaga el primer fin de semana que abrió la hostelería atrás ha quedado. Aunque la localidad ha logrado salir del temido pozo en el que ahora se amontonan cuatro localidades vizcaínas, Bermeo (686 casos por cada ... 100.000 habitantes), Lekeitio (623), Mundaka (543), e Ispaster (538), los restauradores de este enclave se temen lo peor. Y no es de extrañar. Durante dos meses se han visto obligados a mantener sus persianas bajadas porque el municipio no conseguía abandonar la zona roja. Así que los datos ayer, aún siendo positivos -la tasa se situaba en 435 casos-, no terminan de convencer a los profesionales del sector. Más aún cuando el gabinete del Lehendakari Iñigo Urkullu augura un probable endurecimiento de las limitaciones «a corto plazo».
Para bien o para mal no habrá que esperar mucho más porque la decisión de imponer nuevas restricciones en Euskadi se podría tomar hoy en la reunión del LABI. Puede que tal vez en la próxima comisión técnica, que tendrá lugar el próximo lunes, día 11. «Vamos a abrir y sacaremos del ERTE a todas nuestras chicas, pero con el miedo de lo que diga el Gobierno vasco el lunes», confiesa Marijo Ayuso, propietaria del bar Imara, un clásico de Arrigorriaga. Ese mismo temor e incertidumbre también lo comparten Mikel García y su padre, Josemi García, ambos gestores de la coctelería Ibai. «Estamos muy contentos y con muchas ganas de poder volver a abrir. Ha sido muy difícil y complicada la situación. Lo malo es que todavía existe el temor de que tengamos que volver a cerrar. Es una noticia agridulce», desvela el joven hostelero.
«Contentos sí, pero acojonados también. Ya no sabemos qué más hacer. Es desesperante comprar suministro o pinchar barriles que después a lo mejor terminan en la basura. Estamos constantemente en la cuerda floja y solo los hosteleros. El mayor temor es que mañana se decrete el cierre general de nuestro sector en Bizkaia, a ver que hacemos», cuenta con desgana uno de los gestores del bar Baserri, José Cabrera.
Aunque Arrigorriaga ya puede respirar algo más tranquila por haber logrado cambiar el color rojo por el naranja, los hosteleros tienen muy claro que no van a dejar de pelear por sus derechos. «Es el sector que más se está castigando», denuncian. Así que el lunes, mientras se esté celebrando la comisión técnica en Lakua que determinará el porvenir del sector, los de Arrigorriaga se unirán a los restauradores de los tres territorios históricos en la movilización que se ha organizado la capital gasteiztarra.
«A las 14.00 todos los bares de Arrigorriaga van a estar cerrados porque vamos a ir a la manifestación que se ha organizado en Lakua. Lo malo va a ser si salen diciendo que se cierre nuestro sector, tras haber estado dos meses sin ingresos y cubriendo los gastos de mantener el establecimiento cerrado. Ahora que hemos conseguido salir sería lo peor que nos podría pasar», sentencia Unai Rodríguez, responsable del Clandestino.
El Ayuntamiento por su parte aprovechó la publicación semanal de su boletín para volver a lanzar un mensaje de responsabilidad a la ciudadanía. «Volvemos a insistir en la necesidad de ser solidarios, ya que cuidándonos a nosotros mismo cuidamos a los demás».
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