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La familia del comerciante agredido el viernes por la noche en Arrigorriaga tiene el miedo metido en el cuerpo. Aquel día el padre recibió una paliza por parte de un grupo de jóvenes vecinos del pueblo. Los golpes y patadas que le propinaron fueron de ... tal violencia que le rompieron un brazo, un tobillo y los huesos de una de las órbitas oculares. Se encuentra en casa tras recibir el alta y en los próximos días volverá a ingresar en el hospital para ser intervenido de la fractura en el antebrazo. Una de sus hijas contaba este domingo que, aunque hasta ahora no habían sufrido una agresión física, los insultos y faltas de respeto a sus progenitores se habían repetido con demasiada frecuencia en los últimos años. Siempre por parte de unos chavales del pueblo.
«Llevaban unos años en los que habían tirado a los escaparates de nuestros comercios huevos y tomates. También nos llamaban chinos en tono despectivo. Nos insultaban por ser de nuestra raza. ¿Qué haces frente a eso? Eran siempre grupos de chicos que entraban en las tiendas y empezaban a tocar las cosas o a hacer preguntas a nuestros padres y reírse de ellos cuando les contestaban porque ellos no hablan bien castellano y tienen una barrera con el idioma», relataba una de las hijas.
Esta familia tiene dos negocios en Arrigorriaga, un bazar y una tienda de alimentación que llevan abiertas 13 y 7 años respectivamente. En este tiempo han tenido que llamar varias veces a la Policía Municipal para avisar de que les estaban tirando cosas al escaparate, pero cuando llegaban los agentes los chavales ya se habían marchado.
Esta familia asegura que el grupo de jóvenes que se mete con ellos es minoritario en Arrigorriaga. De hecho agradecen el apoyo de las decenas de vecinos que desde el sábado se han acercado a sus comercios para trasladarles su cariño y todo su apoyo. «Es intolerable lo que les ha pasado. Una vergüenza. Son gente que siempre están ahí, con sus negocios abiertos, dan un servicio al pueblo, te atienden con educación y son buenas personas. Algo tan grave como lo que les han hecho no había pasado nunca en Arrigorriaga y no debería suceder más», comentaba Mari Ángeles Garmendia. Ella fue una de las cerca de 200 personas que tomó parte en la concentración que se celebró a la una de la tarde de ayer en la plaza del Ayuntamiento en muestra de rechazo y repulsa por la agresión sufrida contra uno de los comerciantes de la localidad.
«Los hechos ocurridos son inaceptables e intolerables y no tienen cabida ni en Arrigorriaga ni en ningún sitio», aseguró la alcaldesa, Maite Ibarra, durante la concentración. «Este consistorio reafirma su compromiso con el diálogo, el respeto a los demás y la convivencia y muestra su solidaridad a la persona agredida y a su familia», añadió. Integrantes de SOS Racismo estuvieron presentes en el acto y se pusieron en contacto con la familia para trasladarles su cariño y ofrecerles «el apoyo que necesiten, incluso legal».
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A la concentración acudió una nutrida representación de Adecka, la asociación de Comerciantes y Hosteleros de Arrigorriaga. Ruth Morgado y Nieves Alonso, directivas del colectivo, aseguraban que las faltas de respecto y actos vandálicos en comercios de la localidad «no es algo nuevo, ni la primera vez que ocurre, pero nunca hasta ahora había sucedido algo tan grave».
Las representantes de Adecka afirmaban que «a otros comercios del pueblo les han tirado piedras al escaparate, les han hecho pintadas, sus dependientes han sufrido agresiones verbales o les han causado daños en el mobiliario, como en las plantas o una bandera LGTBI que le quemaron a una compañera». Estas comerciantes señalaban a grupos de chavales como los responsables de estos actos y sostenían que «esto hay que cortarlo ya porque se ha pasado de madre». «Muchas veces entran a provocarte pero te callas por miedo a enfrentarte a ellos y que te pase algo como lo que ha sucedido esta vez», comentaban.
Recriminar su actitud a los agresores fue lo que hizo el viernes por la noche el comerciante que sufrió la paliza. Un grupo de al menos tres jóvenes entraron en su local de alimentación y empezaron a tocar el género. El vendedor les dijo que si no iban a comprar se fueran y dejasen de molestar. No era la primera vez que entraban en el local con esta actitud. Llevaban tiempo repitiendo este comportamiento e insultado al comerciante, según asegura la familia. Finalmente y después de que les insistiera varias veces, los jóvenes salieron del local, pero se quedaron justo en la entrada. La víctima salió a pedirles que se marchasen y justo en ese momento empezaron a pegarle, le empujaron con fuerza contra el marco de la puerta y, al caer, le propinaron varias patadas. Hay un vídeo de la cámara de la tienda que recogió la agresión.
La Policía Municipal y la Ertzaintza detuvieron a un joven de 20 años, vecino de Arrigorriaga, como principal autor de los hechos. El sábado pasó a disposición judicial. Se le imputan un delito de lesiones y otro de odio. La Ertzaintza mantiene abierta la investigación y busca, al menos, a otros dos implicados más en la paliza.
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