Las AMPAS de Basauri piden a Educación que actúe ante la «baja calidad de los menús»

En algunos casos los progenitores los han saboreado junto al resto de personal docente y alumnos, y en otros, más tarde, en otro horario. Las conclusiones en todo caso son las mismas. Denuncian una «precaria situación». Acusan a la empresa Eurest-Scolarest de «dejadez porque han querido mantener sus márgenes de beneficio en detrimento de la calidad de la comida que ofrecen». Las AMPAS reconocen que son conscientes de que la subida del IPC no se ha aplicado en los contratos porque el Gobierno vasco los ha prorrogado con la pandemia y la última licitación ha sido recurrida, pero consideran que los más pequeños no pueden ser los «paganos de esta situación».

«Nuestros hijos llevan cinco meses sin comer ternera. Los menús sufren cambios de última hora que se avisan con poca antelación y siempre este tipo de carne es sustituido por cerdo o huevo. Con el salmón pasa algo parecido, en enero, por ejemplo, fue sustituido por garbanzos cuando de primero habían comido un caldo de zanahoria, patatas y guisantes. Como justificación nos dicen que quieren ampliar los días veganos porque la proteína animal contamina más que la vegetal, pero detrás de ello lo que está es ahorro de costes para la empresa», relatan.

En este sentido le piden al Gobierno vasco que les consulte si están de acuerdo o no en introducir un día vegano en el menú porque «desde fuera lo vemos como una imposición». «Ya puestos podían incluir menús de distintas culturas y nacionalidades que conviven en nuestros colegios, sería una buena excusa para favorecer la inclusión no sólo en el ámbito académico sino también en el lúdico», recomiendan.

Los colectivos de padres y madres recuerdan que en mayo de 2021 ya se quejaron y de Educación «no recibimos ninguna contestación, mientras que la empresa se mostró colaboradora, pero al final no ha hecho nada». «Desde el Gobierno vasco nos piden paciencia, pero ¿cuánta debemos tener?, se preguntan».

Desde su primera reclamación sólo ha habido más fallos. «El pasado mes de enero toda una mesa de un comedor se quedó sin un segundo plato y hace un año aparecieron piedras en un plato de alubias. Fue tan sorprendente que las guardamos», revelan.

«Hasta aquí»

Los progenitores dicen que «hasta aquí» han llegado. «Llevamos dos años denunciando esta situación, vamos a intensificar la vigilancia sobre los menús y enviaremos todas las incidencias al Gobierno vasco, de igual forma que ya lo estamos haciendo con la empresa. Y anuncian que se reservan el derecho a ejercer «cualquier otra medida de presión porque es inadmisible que mientras el Gobierno vasco firma convenios con los centros escolares concertados por millones de euros nuestros comedores agonicen».

EL CORREO ha contactado con la empresa que ha preferido no hacer declaraciones respecto a las quejas. Tampoco el departamento de Jokin Bildarratz ha hecho declaraciones a este periódico.