Los residentes del número 61 de la calle Kareaga Goikoa, en el barrio de El Kalero de Basauri, vivieron el martes por la noche momentos de gran tensión por un fuego intencionado que se propagó por el rellano de la planta baja del edificio. Los numerosos destrozos materiales que ha dejado el incendio a su paso son evidentes y, aunque no hay que lamentar daños personales, los vecinos siguen con el miedo en el cuerpo tras el suceso.
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Los hechos se produjeron alrededor de la una menos cuarto de la madrugada del martes. Los vecinos escucharon «un ruido muy fuerte, como una explosión», cuenta una de las residentes del bloque. El estruendo procedía «de un contenedor de la calle que empezó a arder aquí al lado». Lo que en un principio parecía un acto incívico aislado, se convirtió de pronto en un escenario completamente distinto para los inquilinos del edificio. Los gritos de uno de ellos alertaron al resto de que había fuego en el inmueble.
«Abrí la puerta y vi que estaba todo lleno de llamas. Menos mal que nos avisó el vecino. A mí me estaba oliendo a quemado, pero pensaba que podía ser el contenedor». El incendio avanzó a toda velocidad porque «están de obras en una parte interior del edificio» y los materiales que estaban apilados en un lateral de la planta baja parecen haber favorecido la propagación del fuego.
Un sospechoso reincidente
La rápida intervención de los bomberos y los servicios de emergencia fue determinante para que el suceso se quedase solo en un enorme susto. «Vinieron y lo apagaron todo en un momento, pero seguíamos en tensión. Hay una vecina que vive justo al lado de donde empezaron las llamas y la pobre no podía salir de casa. Vivimos mucha angustia», relata la residente.
Otro de los inquilinos conjetura que el autor de los hechos «sabía que teníamos aquí los materiales y que iba a ser un incendio grande». La puerta del portal estaba abierta esa noche y «se coló dentro». Este vecino lamenta todos los daños porque «se han quemado las luces del techo que acabábamos de estrenar; no tenían ni dos meses», explica. «Hemos tenido suerte, pero ahora a ver quién paga los destrozos y se hace cargo de todo, porque nosotros no tenemos culpa y tenemos así el edificio», sostiene.
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La Policía Municipal de Basauri se está haciendo cargo de la investigación y «tienen identificadas a posibles personas sospechosas», aseguran fuentes autorizadas. Una de ellas «reincidente y sobre la cual en el mes de enero se remitió al juzgado información al respecto». Los efectivos seguirán recabando información para poder confirmar la autoría de los hechos. En lo que respecta a los daños, «se está a la espera de que los afectados realicen una valoración de los mismos e interpongan denuncia al respecto», indican.
A principios de mayo, el equipo de gobierno, en manos de PNV y PSE, denunciaron una oleada de actos incívicos, sobre todo, contra el mobiliario urbano, apelando a ciudadanía para evitar este tipo de comportamientos y no permitirlos en ningún grado.
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