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asier andueza
Viernes, 14 de abril 2017, 14:30
Sobre las diez de la mañana, una hora antes de que comenzara la segunda parte de la representación de las últimas horas de la muerte de Jesús que realizan 200 vecinos de Arkotxa en la pasión viviente de la localidad, ya se acumulaban numerosos curiosos y visitantes. Ocupaban los alrededores de la iglesia de San Vicente, donde arrancaba la trama, en el huerto de los olivos, a escasos cien metros del templo.
A esa misma hora la parroquia era un hervidero de nervios y se podían ver a soldados romanos, barbas espartanas, sacerdotes y muchas túnicas de todos los colores. «Tenemos unos 200 trajes confeccionados y a veces se nos quedan escasos porque a última hora siempre viene mucha gente pidiéndonos participar», explica Julio Pérez un vecino del barrio.
Junto a él, Edu Chaparro, el encargado este año de darle vida al actor principal de la Semana Santa, Jesús de Nazaret. Con 44 años dice que es el segundo más viejo que ha hecho del mesías: «Antes siempre solían ser jóvenes de alrededor de 20 años. Es la primera vez que soy Jesús y aunque al principio no lo estaba, cuando hemos empezado a salir, me he empezado a poner nervioso». Con una melena, la barba y unos intensos ojos azules, tal y como siempre lo hemos visto representado, Chaparro confesaba estar «muy metido en el personaje». «He ensayado mucho, sobre todo los movimientos en el momento en el que me crucifican, y las caídas para hacerlo lo más realista posible».
Tan realista que Begoña Díaz y Alberto Bilbao, ambos de la capital vizcaína, y que acudían la primera vez a ver la pasión de este barrio de 900 habitantes les ha parecido «más dura que la de Balmaseda». «Cuando después de recibir los azotes ha caído al suelo ha sido impresionante». En ese momento, el actor caminaba portando una cruz de madera maciza de 85 kilos por el recorrido en cuesta de kilómetro y medio desde la plaza al lado de la parroquia hasta el monte. Le acompañaban las 700 personas que han acudido a esta cita que mezcla tradición, espectáculo y religión.
La de Arkotxa es seguramente la más cercana de las representaciones religiosas de la Semana Santa del territorio y el marco natural y la intensidad de las actuaciones atrae desde 1965 a miles de personas hasta este barrio de Zaratamo. Durante toda la mañana se han escenificado los juicios del Sanedrín, Pilatos y Herodes y la flagelación y la crucifixión en la plaza de la iglesia y en el camino que une el núcleo urbano con el barrio de Santa Bárbara. En la colina cercana a este enclave se ha desarrollado la crucifixión cuando el cielo, como dicen los textos del Nuevo Testamento, se han teñido de un color mucho más intenso, aunque afortunadamente la lluvia no ha afeado el trabajo que exige la preparación de los detalles que integran esta pasión viviente.
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