LEIRE PÉREZ
Sábado, 12 de noviembre 2016, 00:00
El Gobierno vasco ha aceptado la propuesta del Ayuntamiento de Basauri para que el futuro edificio de viviendas dotacionales, que se construirá en el barrio de San Miguel, dé cabida de forma «prioritaria» a jóvenes del municipio. Se cumplirá así la demanda que la asociación ... de vecinos del barrio presentó en el pleno de octubre ante el temor a que el futuro inmueble abra las puertas a un incremento de la «conflictividad» en la zona. El colectivo está a favor de erigir el edificio, pero prefiere que sus ocupantes sean jóvenes de la localidad que utilicen las viviendas como paso intermedio para emanciparse cuando sus recursos les permitan adquirir un piso en propiedad.
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Los candidatos a adquirir uno de los 36 alojamientos dotacionales deberán además estar empadronados en Basauri como mínimo tres años antes de solicitar el piso, que tendrá un alquiler blando durante un plazo máximo de cinco años. Tanto el ser basauritarra como menor de 35 años serán dos de los requisitos que se plasmarán en el convenio que la próxima semana firmarán el Consistorio y el Departamento de Empleo y Políticas Sociales del Gobierno vasco.
Se incluirán esas condiciones en un anexo del acuerdo, como propuso el PP y siguiendo el ejemplo de otros Ayuntamientos, como los de Eibar y Ermua, que han recurrido a esta fórmula para regular el uso de los alojamientos.
Pisos municipales
El alcalde, Andoni Busquet, se comprometió hace apenas dos semanas a trasladar al Ejecutivo autonómico la solicitud de los vecinos. Responsables municipales y portavoces de la Administración autónoma recordaron ayer que la promoción de vivienda protegida en la localidad «debe complementarse con la ejecución de estos alojamientos». Aunque todavía se desconoce la fecha en la que estará concluido el edificio, el Gobierno vasco ya está redactando el proyecto básico de edificación.
Cuatro de los pisos que se construirán en el bloque, que irá ubicado en la trasera de la Taberna Mayor, estarán destinados para necesidades sociales municipales, es decir, para alojar a personas en riesgo de exclusión, víctimas de violencia de género o afectados por actuaciones urbanísticas. Estos pisos vendrán a reponer así la perdida de la Casa de los maestros del barrio, edificio que el Ayuntamiento derribará y cuya superficie constructiva se añadirá a un solar municipal con el que se consolidará la denominada promoción de vivienda protegida San Miguel Oeste. El Ejecutivo local pretende con esta medida convertir en atractivo un terreno que salió a concurso público, pero por el que únicamente se interesó una constructora que finalmente se echó para atrás.
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