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azahara garcía
Viernes, 19 de julio 2019, 00:41
El escenario político de Barakaldo podría dar un giro. Pese a que el día de la investidura el pasado 15 de junio, la alcaldesa Amaia del Campo anunciaba una Corporación en la que no entraban los concejales socialistas, PNV y PSE confirmaron ayer que desde ... entonces ambas formaciones negocian «un acuerdo de gobierno» para la presente legislatura.
Jeltzales y socialistas están inmersos en conversaciones para alcanzar un pacto más amplio que el suscrito en 2015, que se limitaba a la aprobación de las tasas y presupuestos municipales y que se rompió en julio de 2017, abriendo un abismo entre ambas formaciones. De llegar a buen puerto las actuales negociaciones, el PSE, liderado por Alfredo Retortillo, podría incorporar a ediles socialistas a alguna de las áreas del Consistorio.
Tradicionalmente las relaciones entre los dos grupos han sido frías y tensas. Sin embargo, la llegada del ex consejero de Turismo del Gobierno vasco a las filas socialistas, además de otras caras nuevas, podría haber calmado ese clima de tirantez. Desde el PSE se muestran abiertos al diálogo y consideran que «un Gobierno de mayoría absoluta permitiría sacar adelante con más facilidad propuestas que mejoren la vida de los vecinos de Barakaldo».
En las pasadas elecciones, Del Campo logró superar los resultados de 2015, cuando los jeltzales desbancaron al grupo municipal socialista por un puñado de votos, apenas 72. El pasado 26 de mayo, los nacionalistas obtuvieron 7.000 papeletas más, pasando de 8 a 11 asientos. Con el pacto de colaboración firmado por las ejecutivas del PNV y PSE, ya se vislumbraba que los socialistas no plantearían batalla a la regidora jeltzale para ser investida, pese a que un acuerdo con el resto de la oposición podría haber aupado a Retortillo a la Alcaldía. El PSE, con 8 ediles, optó por no presentar candidato y votó en blanco en la elección de Del Campo.
La actitud dialogante del PSE ya se vio ayer en el pleno de estructura del Ayuntamiento fabril, donde se actualizan los sueldos y la composición de las carteras. Los socialistas se abstuvieron en prácticamente todos los puntos propuestos por el PNV «para no bloquear las iniciativas nacionalistas y permitir que el Consistorio comience a funcionar con normalidad».
Más allá del entendimiento entre el PNV y el PSE, el pleno de organización sirvió para determinar las liberaciones y retribuciones de los concejales baracaldeses. En base a lo que marca la normativa del Ayuntamiento, el equipo de gobierno contará esta legislatura con 9 concejales liberados al 100% y otros dos al 75%, a diferencia de lo ocurrido en 2015 cuando el PNV decidió que cinco de sus ediles tuviesen dedicación exclusiva a la actividad municipal y otros tres lo hicieran al 50%. En el resto de los grupos la distribución de las liberaciones quedó de la siguiente manera; 2,5 para el PSE, 2 para Elkarrekin Barakaldo y 0,5 para EH Bildu y PP.
En cuanto a los sueldos, estos se mantendrán igual que la legislatura anterior. La retribución de la alcaldesa será de 74.307 euros al año, y la de los ediles liberados, de 65.968 euros.
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