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La representación teatral ha empezado al mediodía, cuando la tropas napoleónicas han llegado al Ayuntamiento de Balmaseda. El Correo
Napoleón vuelve a incendiar Balmaseda

Napoleón vuelve a incendiar Balmaseda

La villa viaja al pasado y recrea el día en el que las tropas francesas sembraron el pánico durante la Guerra de Independencia

Gonzalo Ruiz

Balmaseda

Sábado, 9 de noviembre 2024, 15:58

8 de noviembre de 1808, plena Guerra de Independencia. El reloj marca las doce del mediodía y los tambores empiezan a sonar, dejando entrever que lo que va a suceder a continuación va a convertirse en uno de los episodios más trágicos de la historia de Balmaseda.

Las tropas francesas avanzan por el río Cadagua capitaneadas por el mariscal Lefévre. Llegan dispuestas a cumplir con las órdenes que Napoleón les ha dado. Un vecino hace sonar las campanas para alertar a los habitantes, que empiezan a acudir al Ayuntamiento. «Que vienen los franceses», grita uno. Llegan unos momentos después, montados en caballos, ataviados con sus uniformes y armados con sus bayonetas al ritmo de la marsellesa. «Balmaseda se va a quemar por los cuatro costados», proclama el mariscal. A su paso, salen los ciudadanos, temerosos a la par que valientes. «Fuera, gabachos» o «te vamos a meter la bayoneta por el culo» son algunos de los improperios que se pueden llegar a escuchar.

Los franceses, montados en caballos y con sus uniformes, irrumpen en la plaza San Severino, donde se encuentra el Consistorio. Abajo, los habitantes reunidos antes de la recreación. El Correo
Imagen principal - Los franceses, montados en caballos y con sus uniformes, irrumpen en la plaza San Severino, donde se encuentra el Consistorio. Abajo, los habitantes reunidos antes de la recreación.
Imagen secundaria 1 - Los franceses, montados en caballos y con sus uniformes, irrumpen en la plaza San Severino, donde se encuentra el Consistorio. Abajo, los habitantes reunidos antes de la recreación.
Imagen secundaria 2 - Los franceses, montados en caballos y con sus uniformes, irrumpen en la plaza San Severino, donde se encuentra el Consistorio. Abajo, los habitantes reunidos antes de la recreación.

Así concluye el primer acto de la representación teatral llevada a cabo por los vecinos de la villa este sábado. La recreación culmina durante la tarde. Al caer el sol comienzan las hostilidades. Los franceses siguen un recorrido en el que tendrán que hacer frente a las escaramuzas de los habitantes y procederán a la quema de algunos de los edificios más emblemáticos de la villa, como el Puente Viejo, que es el primero, la iglesia de San Juan del Moral y finalmente la iglesia de San Severino y el Consistorio. Tantos años después el suceso se ve diferente. «Es muy bonito ver el fuego junto a la oscuridad, merece la pena verlo», dice Josu, al que le ha tocado asumir el papel de francés. «A los más viejos, como hemos hecho la mili, el llevar el paso no nos es difícil», cuenta entre risas.

Esta es la cuarta ocasión en la que se representa este crucial acontecimiento de la historia del municipio encartado. La primera fue en 2008, y en aquel entonces, el Consistorio creó una escuela de taller textil para hacer todos los trajes franceses, que se conservan hasta hoy en día. Los caballos son de pueblerinos de la zona, y el resto del 'atrezzo', como las bayonetas, son compradas. Para algunos, la de este año es la primera participación, como en el caso de Salim, de 21 años, y sus amigos, que defienden el pueblo ante la amenaza francesa. «Balmaseda tiene un tejido social que participa en muchos eventos. Nos juntamos muchos jóvenes y así empezamos a tomar parte en ellos». Para Yera, Maider, Zelai y Raquel también es la primera vez: «Los vestidos son nuestros, nos hemos buscado la vida». Tampoco han tenido que practicar demasiado para la función: «Cuando vienes a vivir aquí, esto te entra en la sangre, en el ADN», dicen mientras se ríen. «Empiezas a saber de Semana Santa, del mercado medieval... se podría decir que viene en el pack».

El peso de la historia

Si hay algo que ayuda a entender nuestro presente, ese elemento es la historia. «Balmaseda, para lo bueno y para lo malo, es la primera villa de Bizkaia. En este caso, para lo malo», comenta Josu. Los franceses quemaron la mitad de viviendas con las que contaba Balmaseda en aquel entonces, 75 de 153. Txetxu, otro pueblerino, subraya la importancia del hito. «Esto es un pasaje de la invasión francesa. Iban para Espinosa de los Monteros, y al igual que en Donostia, los franceses quemaron todo lo que pillaron». La villa era un lugar de paso donde pasaron las tropas de Napoleón. El emperador justificó la quema del municipio porque «había abastecido a las tropas españolas».

Los habitantes de Balmaseda, vestidos de época, justo antes de la representación. El Correo

«Nos parece muy bonito el poder representar nuestra historia de esta manera», comenta Yera. Para hacerlo, se han tenido que organizar en grupos, y en cada uno de ellos hay una persona encargada de coordinar las zonas en las que tienen que aparecer. En total, han sido unas 300 personas las que han participado en este viaje al pasado, tan importante de recordar como difícil de olvidar.

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