Ismene, Danel y Jon, durante el segundo cumpleaños del pequeño, que cumplió dos añitos en febrero. E. C.

Nacer en tiempos de coronavirus: EL CORREO acompaña a Ismene en la recta final de su embarazo

Si la naturaleza no interviene antes, Sare nacerá el 8 de abril en el hospital de Cruces, en pleno confinamiento. Ayer Ismene tuvo consulta allí. «He llevado guantes y mascarilla y me planteé envolverme en papel film. Me impresionó ver luces apagadas»

Jueves, 26 de marzo 2020, 01:05

Sare Espina, la pequeña y deseada Sare, tiene previsto nacer el 8 de abril en el Hospital de Cruces, que es cuando su amatxu, Ismene Mouzo, de 36 años, sale de cuentas, y que es también cuando la ciudad china de Wuhan, en la ... que comenzó a propagarse masivamente el brote de coronavirus, levanta la cuarentena.

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La niña que nacerá en pleno estado de alarma y la mujer cuyo nombre se inspira en la mitología griega que se enfrenta a un embarazo de riesgo en estas circunstancias tan excepcionales van a convertirse en las dos semanas que restan para el día del parto, y si la naturaleza no interviene antes, en aliadas de EL CORREO.

De la mano de Ismene, con el beneplácito de Jon, su marido, que se dedica a reparar electrodomésticos y estos días trabaja por videollamadas, y también, las cosas como son, de Danel, el niño de dos años que pronto dejará de acaparar en exclusiva la atención de sus padre y de su madre, vamos a vivir la recta final de un embarazo, un parto y un posparto, el puerperio, en tiempos de coronavirus, un momento complicado.

«Me tocaba ponerme las correas y después ecografía. La enfermera me ha dicho, 'no hables, no hables'. ¿Será que no quería contagiarse?»

ismene mouzO

A la preocupación habitual de una madre gestante se suma hoy por hoy el miedo al contagio y las repercusiones que puede tener en su bebé. Una madre siempre piensa doble. Por sus hijos, y por ella.

Ismene tuvo ayer a las doce de la mañana consulta en Cruces. Fue sola en coche desde Sondika, ella es de Erandio pero vive allí. Cada vez que tiene que ser atendida, no tiene permitido acudir con nadie y va provista de guantes y mascarilla, «aunque me planteo envolverme en papel film», bromea. Cuenta que vio más tráfico del que esperaba (lleva semanas sin salir de casa), que pensaba encontrarse «las carreteras desiertas», y que le costó aparcar «un montón».

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Le impresionó ver, al entrar al hospital, «las luces apagadas» y muy poca gente. En la sala de espera, en la primera planta de 'consultas externas, «había otras embarazadas solas como yo, sin sus parejas y sin nadie». Pacientes en todos los sentidos. Y tres pantallas para ir avisando a quién le tocaba entrar. «Me tocaba ponerme las correas y después, ecografía. La enfermera me decía 'no hables, no hables'. ¿Será que no quería contagiarse?», se planteó. «No me atreví a preguntarle nada. La que me ha puesto las correas se estaba quejando de que mañana iba a tener que reutilizar su mascarilla porque no quedaban más».

Tres kilos doscientos

Sare pesa en estos momentos tres kilos y doscientos gramos. Ismene ha sido muy 'formal', apenas ha engordado cinco kilitos en los últimos meses. «Todavía puede sumar doscientos gramos por semana. Como no les dé tiempo a ponerme la epidural me va a dar algo», comenta.

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Al igual que son numerosos los síntomas que se experimentan durante la gestación, también son varias las complicaciones que pueden tener lugar durante la misma. Es más, pueden producirse situaciones que afecten a la salud y que requieran, por ejemplo, hacer uso de la heparina en el embarazo. Es el caso de Ismene Mouzo. La heparina es un medicamento, en concreto un anticoagulante de tipo inyectable que se utiliza, sobre todo, para evitar la formación de coágulos en los vasos sanguíneos.

El bebé necesita la circulación sanguínea tanto para recibir el oxígeno como para alimentarse y es vital mantener este asunto a raya. Ismene, que trabaja en la central de apuestas Retabet en el Parque Tecnológico de Zamudio, se ha familiarizado tanto con la terminología médica que le dejamos que se explique: «Sucede que, si estás en tratamiento con heparina, si durante el parto se produce un hematoma epidural secundario a la punción, las secuelas pueden ser muy graves. Es por esto por lo que los anestesistas no te ponen la epidural si estás a tratamiento con heparina, y si lo hacen es en caso de que hayan pasado más de 12 horas de la última dosis y falten más de 6 horas hasta la siguiente». Pongamos que, si Ismene se inyecta a las 9 de la noche, sólo le podrían poner la epidural si se pone de parto entre las 9 de mañana y las 3 de la tarde.

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La familia disfruta del Carnaval

Fortaleza, aunque ella no lo vea así, tiene a raudales. «Cuando cogí la baja con el primero, no paraba de llover y pasaba mucho tiempo en casa. Y ahora con la segunda, me pasa esto», lamenta. Se acuerda que en enero, cuando ella estaba en la semana 28, empezó a escuchar «algo de que había un virus raro en China». «Pero no imaginé encontrarme con esto ahora ni de palo. Porque no es el primer embarazo, que si no, estaría mucho más acojonada», señala.

En casa mata el rato con la pelota de pilates y con tutoriales de Youtube «donde hacen ejercicios para ejercitar el suelo pélvico» dice que, «como son muchas horas encerrada, vivimos en un piso sin balcón, a veces me da por comer más». Tampoco puede ir a las clases de preparto a las que asistía hasta antes de decretarse el estado de alarma. Y está Danel, su primer hijo, «que más bueno no puede ser, pero al que hay que entretenerle».

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Sin tele

¿Cómo? A esta familia de Sondika le está funcionando muy bien «tocar los tambores y hacer batucadas por toda la casa». Hasta ahora el niño no veía la tele, pero estos días le ponen algún rato dibujos animados. «Eso me va a costar quitarlo, lo veo venir», piensa Ismene.

El 'peque' solía pasar muchas tardes en el jardín de la casa de amama y «se nota que lo echa en falta. Cuando llama mi madre él le dice 'tú, no'. A lo mejor se ha enfadado porque piensa que no le deja ir. También tengo miedo de que relacione este encerramiento con el nacimiento de su hermana y eso le quede marcado. Porque realmente él no es consciente. Hasta que no vea a un bebé en casa no se va a hacer a la idea seguramente».

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«Sucede que, si estás en tratamiento con heparina, si durante el parto se produce un hematoma epidural secundario a la punción, las secuelas pueden ser muy graves»

ismene mouzO

Ismene tiene pensado dar el pecho a Sare, como hizo, durante un año, campeona, con Danel. «Me costó lo mío. Pero estando de baja estoy para eso», considera. Sabe que hasta que esto pase la familia no conocerá a Sare en persona, «solo se permite una visita, vendrá Jon, claro». Le gustaría que su marido pudiera asistir al parto, «porque el primero fue instrumental y no pudo ser».

¿Su miedo más grande? Le cuesta expresarlo, porque se ha puesto la coraza de que «lo que tenga que ser será» y «somos optimistas». Pero por fin lo dice: «¿Y si se complica el parto y en el hospital están bajo mínimos? ¿Qué va a ser de nosotras?».

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