![Así es el mural del convento de Zabala.](https://s1.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202102/04/media/mural-convento-zabala-bilbao-ruth-juan.jpg)
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Bilbao sigue pintando sus rincones para volverlos más amables. El último lugar ha experimentado esta transformación estética es el Convento de la Inmaculada de la Concepción en pleno corazón del barrio de Zabala. Se trata de una edificación de 1861 en la que aún viven monjas de clausura. La artista Ruth Juan es la autora de una intervención en la tapia que lo rodea y que ocupa 100 metros cuadrados. Está formado por una serie de estampitas que reflejan la vida intramuros.
Juan se inspiró en fotografías del la vida privada de estas religiosas para llevar a cabo su trabajo. «Quería hacerles un homenaje porque es una edificación con mucha historia». El inmueble y sus inquilinas han sido protagonistas de toda clase de visicitudes. Durante la Guerra Civil, el 20 de julio de 1936, grupos armados entraron en él y lo quemaron. Las monjas pudieron escapar gracias a la ayuda de algunos guardias y de milicianos.
Diez años después, se empezó a reconstruir y se reinauguró en 1957. Una de las frases que le sirvió a la artista para guiar su trabajo la leyó en una entrevista hecha a las religiosas: «Aquí arriba, el Convento es como un agujero que se ha abierto en medio del cielo». El mural forma parte del programa municipal BLV-ARTen y cuyo propósito es destacar el papel de la cultura como tractor del desarrollo y la rehabilitación integral de Bilbao La Vieja y San Francisco. Y se suma a otros que ya hay en la zona.
Ruth Juan es una aritsta catalana -afincada en Bilbao la Vieja- que se centra en lo urbano, en lo cotidiano, en las problemáticas sociales y en los proyectos colaborativos. Obtuvo un beca de la Fundación Bilbao Arte en 2013 y allí su primer libro ilustrado, 'Bilbao La Vieja, espacio de tolerancia'. Actualmente, tienen diferentes proyectos como ilustradora 'freelance' y es la creadora de la marca Junita Makina. Su trabajo abarca desde ilustraciones para libros hasta vinilos infantiles o trabajos de imagen gráfica y coloristas murales, 4 de ellos, de hecho, ubicados en espacios del barrio: el bar Marzana, la calle Bailén y este del convento.
También fue la autora del retrato de una virgen en un muro de un edificio de Viviendas Municipales ubicado en la confluencia de las calles Cortes y Laguna. Fue su primer trabajo de este tipo, el llamado 'street art'. Lo creó hace siete años durante una jornada de actividades al aire libre organizada por el Consistorio bilbaíno en colaboración con Bilbaoarte y el Museo de Reproducciones, y se convirtió casi en un icono. Sin embargo, desde el pasado otoño, del rostro de esa mujer con un corazón en la mano y cubierta con una túnica colorida, apenas queda nada. Lo atraviesa un gran ventanal. La obra estaba incluida en una guía sobre arte público mural en Bilbao pero no gozaba de ninguna protección para su conservación.
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