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T. IZAGIRRE, J. a. GOITIA, D. MARtínez y C. raposo
Lunes, 19 de abril 2021
El último fin de semana ha condenado a Leioa a la zona roja. Los datos son malos, con 36 positivos desde el viernes, lo que ha llevado al municipio a saltar en la incidencia de 327 a 407. Irrumpe así en la zona de máxima ... alerta y, pese a ser de manera muy ligera, la evolución en las dos últimas semanas augura un escenario negro. El alcalde, Iban Rodríguez, reconoce que «la tendencia no es buena». «Veíamos que el confinamiento se acercaba pero no esperábamos entrar hoy -por ayer-», confesaba el regidor, quien apunta a la Semana Santa y a las celebraciones por las finales de Copa como factores determinantes.
Rodríguez pide otra vez la colaboración de los vecinos para abandonar lo antes posible este escenario. «No nos podemos confiar, tenemos que seguir siendo comedidos». Y descarta que este repunte de casos -en los últimos 14 días suman 128 positivos, cuando en la anterior franja de dos semanas fueron 55- tengan que ver con algún brote. El mensaje de Arantza Prado, presidenta de Comercios Unidos Leioa, va en la misma línea. «Pedimos a la ciudadanía que respete las medidas para poder recuperarnos cuanto antes».
24 nuevos positivos este fin de semana en Erandio han elevado el índice por encima de los 400 casos por cada 10.000 habitantes hasta situarlo en 446. «Han sido los contagios de los últimos días los que nos han llevado a la zona roja», admite la alcaldesa, Aitziber Oliban, quien hace «un llamamiento a la responsabilidad para reducir los contactos y mantener las normas sanitarias para evitar los contagios». Para la primera edil, todo depende del comportamiento de cada persona. «Espero que esto pare, que dejemos de estar en la cresta (de contagios)», concluye.
«Descontento, tristeza, hartazgo y aburrimiento» son las palabras que brotan desde la Asociación de Comerciantes de Astrabudua. El cierre, advierten, supone «otro mazazo para los hosteleros y los comercios que se nutren de clientes procedentes de otros municipios». Sobre todo, porque consideran que todos «se están desgañitando por mantener las medidas sanitarias en bares y establecimientos» y, de nuevo, surgen «las dudas sobre el futuro».
Con una tasa de 404, Trapagaran se confina a partir de hoy. «Es una mala noticia pasar a la lista roja», admitió el alcalde minero, Xabier Cuéllar. «Lo más importante es la salud de mis vecinos, pero también la situación de los hosteleros, a los que estas medidas les suponen una merma en la recaudación, con la que está cayendo...», valoró. Mientras el regidor apelaba a la conveniencia de «ser optimista» y esperar «el día en que podamos pasear sin mascarilla, como en Gibraltar o Israel», Aingeru Herrera, del Café Alai, lamentaba la incidencia de «otra medida más para la colección». Mantendrá abierto su local, pero anticipa que «habrá a quienes no les salga rentable y tengan que cerrar».
El cerrojazo durará toda la semana, aunque Trapagaran logre hoy retornar a la zona naranja. Una medida que los hosteleros no ven «justa ni lógica». «No creo que vaya a ayudar a que desciendan los contagios», apuntaba Herrera. Ángel Virumbrales, de la Taberna Karrantza, opinaba que debería de haber «un margen, ya que por un solo contagio la tasa puede subir a 400 y al día siguiente bajar».
Las alarmas se encendieron el viernes y Berango acabó por entrar en la zona roja tras registrar una incidencia de 426 casos al sumar cinco nuevos positivos. El municipio vivió las últimas 48 horas con la esperanza de revertir el escenario. Hasta la alcaldesa, Anabel Landa, confiaba en que la situación mejorase antes de que ayer se dieran a conocer qué municipios debían endurecer las restricciones.
Pero la tasa volvió a subir (440) y disipó cualquier esperanza de evitar el cierre perimetral. Era complicado esquivarlo. En los últimos catorce días se han contagiado 32 vecinos, cuando en las dos semanas anteriores fueron 22. Así que ayer se confirmó lo que el viernes los datos de Osakidetza ya adelantaron. Los hosteleros asumían resentidos lo que implica el endurecimiento de las medidas para su sector. «Si hace bueno venderé, si no...», comentaba Sendoa López, del bar El Frontón, porque podrá mantener el servicio de terraza sin el límite horario fijado para el interior.
En la comarca del Nervión-Ibaizabal, por el momento, solo ha cruzado la línea roja la que fuera primera ciudad de Bizkaia, Orduña. Ayer, la tasa de incidencia en la localidad, que cuenta con una población de poco más de 4.000 personas, se situaba en 448 casos por cada 100.000 habitantes. Para su alcaldesa, Itziar Biguri, lo importante es que los vecinos «sigan cumpliendo» las medidas sanitarias. «Entrar en zona roja no es una buena noticia -declaró la regidora-. Es un palo para todos, pero, sobre todo, para aquellas personas que viven de negocios tan castigados como la hostelería y el hospedaje, el sector servicios en general».
Orduña es el único núcleo del territorio con menos de 5.000 habitantes donde se ha decretado el cierre perimetral. Quizá por ello, Biguri hace hincapié en la necesidad de «continuar respetando las pautas establecidas, y ahora más si cabe. No debemos relajarnos para salir lo antes posible de esta situación».
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