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iratxe astui
Miércoles, 20 de octubre 2021, 00:26
En principio, no habrá lugar a sorpresas. El alcalde de Mundaka, Mikel Bilbao, deberá abandonar este próximo viernes el sillón principal que todavía ocupa en el Ayuntamiento de la anteiglesia turística para cederle el sitio a la que se convertirá en la nueva mandataria y ... actual portavoz del grupo municipal del PNV, Irati Gondra.
El primer edil del pequeño municipio costero tendrá que traspasar el bastón de mando a la que fuera su compañera hasta que la formación nacionalista, por la que se presentó como candidato independiente en las últimas elecciones municipales, decidiera expulsarle hace un año y presentar una moción de censura contra él. «La falta de coordinación con el resto de miembros del PNV» fue la razón que alegaron los nacionalistas.
La brecha que separa a los jeltzales de Mundaka de su alcalde se remonta a septiembre del año pasado, cuando el Partido Nacionalista Vasco anunció su intención de presentar una moción de censura contra el que fuera su líder en el Ayuntamiento, al que accedió como independiente. Una decisión «difícil», según reconocieron entonces desde la formación más votada en Mundaka.
La mala relación entre ambas partes, no obstante, era un secreto a voces desde tiempo atrás. El origen de las desavenencias radicaba en el plan urbanístico de Basamortu, en el que se contemplaba una permuta de suelo con una familia local para construir un parque. El propio regidor mundakarra acusó entonces al PNV de utilizarle para una operación «ilegal traída del batzoki».
La tramitación de la moción de censura, que se ha dilatado en el tiempo al judicializarse el asunto, se votará finalmente en el pleno extraordinario convocado para este viernes. A finales del pasado mes el Tribunal Supremo abría la puerta al relevo en la Alcaldía de Mundaka tras desestimar el recurso interpuesto por Mikel Bilbao.
Una posible dimisión sobrevenida por parte del todavía regidor tampoco impediría la tramitación y votación de la moción en el próximo pleno. La sesión le costará a Bilbao su inmediata expulsión del cargo, pero no de la bancada de la Corporación municipal, en la que podrá continuar como representante no adscrito.
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