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leire pérez
Martes, 8 de junio 2021, 00:51
A sus 53 años, María ha vuelto a nacer. «Voy a poder empezar de cero después de que me perdonen la deuda», afirma. Residente en Lemoa, aunque nacida en Galdakao, es una de las vizcaínas que ha podido beneficiarse este año de la Ley de ... Segunda Oportunidad, que permite cancelar el 100% de la deuda privada y una menor cantidad de la pública, la que se contrae con ayuntamientos, Hacienda y seguridad social, por ejemplo.
El año pasado, 60 ciudadanos, 11 de ellos autónomos, se beneficiaron en Bizkaia de esta legislación vigente desde 2015 y que permite declarar a una familia en quiebra, como sucede con las empresas.
El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Durango ha resuelto librar a María de pagar los 105.241 euros que su expareja solicitó a su nombre en varias entidades bancarias como Banco Sabadell, BBK, Caja Laboral y el Banco Cetelem a través de créditos rápidos. Aunque tenía contraída una hipoteca por el piso en el que reside de casi 700 euros y sufragaba una segunda cuota de menor cantidad por su vehículo, las entidades le siguieron facilitando liquidez, hasta «nueve créditos de pequeña cuantía». «Se me amontonaron los pagos y era incapaz de costearlos», explica a EL CORREO.
Su expareja pretendía pagar «unas deudas» que acarreaba y la bola cada vez se hizo más grande. Además, María se tuvo que someter a una operación de urgencia en una clínica privada que le llevó a pedir un nuevo crédito. «Estaba asfixiada, no podía dormir de la que se me venía encima», recuerda compungida. Y tras «siete noches en vela» terminó ingresada. «Estuve mes y medio en el hospital», lamenta.
Tras recibir el alta contactó con una empresa de abogados que había visto anunciarse en televisión. «Estuve seis meses pagándoles 1.005 euros al mes», apunta. Pero «era una estafa, así que contacté con otra empresa que por 600 euros al mes me tramitó la solicitud que ha permitido quitarme la deuda», explica.
Durante este tiempo afrontó la situación en soledad. «No quería que mi familia lo supiera porque encima me iban a decir que era tonta», recuerda. Ahora afronta el futuro «sin cargas». «Ya no estoy en la lista de morosos. Gracias a Repara tu deuda estoy viva. Puedo empezar de cero», celebra.
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