silvia osorio
Domingo, 25 de septiembre 2022, 13:48
Las motos han tomado este domingo las calles de Bilbao para reivindicar la mejora de la seguridad en las carreteras. La protesta, convocada por la Unión Internacional para la Defensa de los motociclistas (IMU) en un total de 17 capitales de provincia de todo el ... país, ha reunido a más de 300 amantes de las dos ruedas, según las cifras aportadas por la asociación promotora. La marcha ha arrancado a las 12.00 horas desde la explanada del estadio de San Mamés, pero una hora antes, cientos de aficionados ya habían aparcado sus preciados vehículos para participar en la iniciativa y echarse al asfalto.
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Con la tradicional indumentaria de cuero, Roberto Coloma y Matías Martínez aguardaban la salida charlando con otros moteros. La principal preocupación del colectivo radica en el «lamentable estado de las carreteras». Piden que se mantengan en buenas condiciones para poder circular, ya que muchos accidentes se vinculan a la falta de inversiones que permitan mejorar la seguridad de las vías. «Parece que todos los problemas los ocasionan los motoristas y no es así. No vamos como locos. Ni drogados ni bebidos. Muchas salidas de vía no tienen que ver con el exceso de velocidad sino por el mal estado de la carretera», han señalado estos dos amigos del barrio portugalujo de Repélega cansados de que «todas las culpas no las echen a nosotros».
El presidente de la asociación en Euskadi, Sergio Gallastegi, ha instado a las instituciones a «cumplir la ley», ya que «los guardarraíles deberían estar cubiertos y no lo están. Para nosotros son como guillotinas. Si vamos al suelo, bien por el estado de la carretera o por una imprudencia, no nos perdonan», ha lamentado antes de enfundarse el casco para iniciar la marcha. Cinco minutos antes de la salida, los participantes han protagonizado un sentido minuto de silencio por los compañeros caídos. «Todos tenemos algún familiar o algún compañero que ha fallecido. Vemos que siguen los mismos problemas. Hablamos con las administraciones y no nos hacen caso», ha recordado Rubén Vega, que se dedica a dar cursos de conducción en Bizkaia y que hace unos años perdió a un allegado al que le pasó un vehículo por encima. «O tienes un bache o el típico tapagrietas que no sirve de nada. Dicen que nos agarra mejor las ruedas, pero todo lo contrario, nos expulsa de la carretera», ha agregado a la vez que ha reclamado más subvenciones para cursos «y poder llegar a más gente».
A este vecino de Portugalete la pasión por las motos le viene de crío. Y cuida su Intruder 1.800 como si se tratase de un tesoro. «La tengo desde hace unos cuantos años. Soy de hierros, como dice la gente. Me gusta el vehículo viejo». Se gasta un pico en el mantenimiento de ruedas, frenos y otros elementos clave para su seguridad. Cambiar cada neumático le sale unos 250 euros. A esos gastos hay que añadir el subidón de la gasolina, que se nota en el bolsillo. «Ahora llenar el depósito me cuesta 30 euros y el año pasado 20», ha explicado este joven. No renuncia a su afición, pero queda otra que apretarse el cinturón. «Quitas de otro lado, somo si tengo que salir menos veces a cenar». Para Rubén salir en moto es vital. «Es mi psicóloga, es mi forma de evadirme, de quitarme los problemas de encima», asegura.
El rugido de los motores ha retumbado por todo el centro de la capital vizcaína. La marcha ha discurrido por Basurto, Autonomía, la Plaza Circular, el puente de El Arenal hasta alcanzar la rotonda del Ayuntamiento, a la que han dado una vuelta. De allí han enfilado por el borde de la ría hasta llegar al Sagrado Corazón para atravesar la Gran Vía y finalizar en la sede de la Diputación, donde se ha leído un manifiesto.
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Las miradas, cómo no, se dirigían al cielo, pero las nubes han aguantado su 'furia' hasta la última parada del recorrido. La lluvia, de hecho, es un factor que incrementa la peligrosidad en la carretera. Itsasne Alonso, Verónica García y Arantzatzu Santa María, miembros del club 'Bikers Girls Spain', que en Euskadi cuenta con 18 integrantes, han advertido de que en Bilbao «se han pintado muchas líneas blancas últimamente y resbalan mucho». «Con agua muchas vías son como pistas de patinaje».
Estas tres chicas, llegadas desde Barakaldo, Erandio y Loiu, se sienten como una más en un mundo tradicionalmente de hombres. Itsasne ha relatado que la afición de viene por su padre, con el que siempre ha montado en moto. «Las motos son mi vida», ha afirmado esta joven que es delegada de este grupo en el País Vasco y trata de fomentar la presencia femenina en este tipo de concentraciones. Aunque cada vez menos, cuesta encontrar a chicas moteras. A muchas les da vergüenza porque piensan que van a ir más lentas y van a retrasar al grupo», admite.
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En pareja han acudido Javier Pérez y Begoña San José , vecinos de Alonsotegui. Comparten la afición, aunque ella cayó rendida por 'culpa' de él. «Me ha pegado la afición. Le gusta desde siempre. Sale más que yo, pero muchos domingos que es cuando podemos sí que me gusta poder hacer alguna rutita».
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