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Pasteles, tejas y mostachones salen del obrador de las Capuchinas, que lleva funcionando tres meses y se ha convertido ya en su principal fuente de ingresos.

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Pasteles, tejas y mostachones salen del obrador de las Capuchinas, que lleva funcionando tres meses y se ha convertido ya en su principal fuente de ingresos. Sergio García

Las monjas de clausura de Basurto se aplican con la repostería para sobrevivir

Las monjas de Basurto abren un obrador para vender repostería y así compensar la pérdida de las pensiones al morir las más veteranas

Domingo, 24 de noviembre 2019, 00:50

La campana del Ángelus rasga el silencio del convento de las Capuchinas de Basurto, un remanso de paz rodeado de bloques de viviendas a un tiro de piedra de la autopista. Es mediodía, pero las hermanas han consumido ya media jornada: llevan levantadas desde ... las cinco de la madrugada, consagradas a sus rezos, a sus pequeñas y grandes obligaciones. Ora et labora. Laudes, nonas, vísperas y rosarios compartimentan el día, mientras las más animosas elaboran los bizcochos, tejas y mostachones con cuya venta obtienen los ingresos necesarios para salir adelante, más aún tras la pérdida de las pensiones con que se ha resuelto el fallecimiento de sus hermanas más veteranas.

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