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La Encuesta de Coyuntura del Comercio de Euskadi evidencia las penurias generalizadas del sector, pero muy especialmente de los negocios minoristas. Pese al tiempo transcurrido desde el estallido de la pandemia, la crisis sanitaria sigue supurando, preferentemente en Bizkaia, donde el 51,7%% de los ... establecimientos ha registrado un descenso de ventas frente al 45% de media de la comunidad autónoma. La cuantía de las caídas ha oscilado, en la mayoría de los casos, entre un 10% y un 20%. La comparativa con los otros dos territorios es reveladora, ya que en Álava el porcentaje de locales que facturaron menos que en el primer trimestre fue del 44,9%.
Gipuzkoa registró, por el contrario, el mejor comportamiento de abril a junio, con un 35,2% de comercios perdiendo fuelle, aunque, curiosamente, presentó los peores números -48,7%- en el balance interanual. Si el comercio especializado en el equipamiento de la persona y en otros bienes de consumo ha obtenido un saldo positivo, los locales dedicados a la alimentación han anotado, de largo, la peor evolución intertrimestral, con un retraimiento de las ventas cercano al 60%.
El Gobierno vasco ha relacionado este receso con una inflación desbocada que ha obligado al 77,6% del gremio a pagar más a sus proveedores. Este incremento ha derivado en un claro perjuicio final para los clientes: el 57,1% de los comerciantes se vio obligado a encarecer los precios para mejorar los márgenes empresariales frente al 38,9% que los mantuvo. Solo el 4% los redujo.
10,4%Solo este porcentaje de negocios vizcaínos espera aumentar sus venta a corto plazo.
47,9%de los comercios anticipa un descenso de pedidos a sus proveedores.
Frente a estos datos tan desalentadores, hay otros informes que invitan al optimismo. El más importante es que, si bien el 35,6% de los comerciantes vizcaínos consideró negativa la marcha de sus negocios, en absoluto dibujan un escenario negativo sobre el empleo, ya que el 94,1% se han comprometido a mantener su plantilla.
En medio de este escenario, las principales organizaciones sectoriales creen que el clima de incertidumbre «laboral», alimentado por la subida de la luz y el gas y el clima bélico, añade nuevos nubarrones que se cebarán «todavía más» con las tiendas de ropa, calzado y complementos. Rafael Gardeazabal, presidente de bilbaoDendak, augura un próximo «trimestre muy duro. La gente se ha gastado todo el dinero en verano y el consumo se ha frenado en seco», lamenta.
Aunque «la furgoneta de Amazon circula por toda la ciudad», el propietario de Gerardo asegura que la clientela está respondiendo. Octubre y noviembre son meses «cruciales. Venimos de muy abajo, pero se nota alegría», asegura
Ainara Martínez, gerente y propietaria de perfumería Erlai, se felicita por la mejoría de las ventas, «aunque tampoco es que sean la bomba. Lo peor es que un día puedes vender muchísimo y al siguiente, nada. Es un poco irregular»
Alberto Gómez, dueño de El equipo de Viaje, reconoce que, por culpa de la pandemia, pasó dos años y medio sin vender nada. «Soy un privilegiado. Ahora no paro de diseñar maletas, mochilas y paraguas que se fabrican en China».
Eider Txarroalde, dueña de un negocio fundado hace 72 años, señala que abril y mayo no fueron «muy buenos», pero desde junio ha tomado muchos bríos. «Si sale el sol, se vende más. Pero cada vez dejamos más las compras para última hora».
Ramón Armentia, que dirige junto a su madre la boutique de lujo Veritas, viajó ayer a Milán para comprar la colección del próximo verano. «Sobrevivimos pese a que todas las noticias son malas. El nombre no te salva. Hay que remar», dice.
Hasta los negocios de decoración y reformas, que vivieron una etapa dorada durante el confinamiento, han entrado, según Pedro Campo, «en barrena». «Muchos negocios han capeado el temporal como han podido, pero ahora no sacan ni para cubrir gastos», según el presidente de Cecobi, la patronal del comercio vizcaína. «La gente es muy precavida al gasto en momentos de incertidumbre y consume unicamente lo imprescindible», lamenta Campo. Jorge Aio, gerente de BilbaoCentro, asume que, tras la pandemia, «el gasto se ha derivado al mundo del ocio, tiempo libre y viajes. Hay que reivindicar la calidad frente al 'low-cost' y el formato 'online' para fortalecer al comercio de ciudad».
En otro intento por ayudar al comercio, el portavoz del Gobierno vasco, Bingen Zupiria, anunció ayer el aumento presupuestario de la segunda fase de la edición de 2022 de Euskadi Bono Denda, que se elevará de los 5 millones de euros iniciales a 9. Zupiria destacó «los buenos resultados del primer periodo» y el impulso conseguido en la reactivación «de ventas del comercio minorista vasco». Este programa se enmarca dentro de las medidas complementarias «ante los efectos causados por la invasión de Ucrania».
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