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«La ampliación del Guggenheim de Urdaibai genera problemas desde el punto de vista urbanístico y medioambiental». Ernest Urtasun, ministro de Cultura del Gobierno por ... la parte de la coalición Sumar, se apoyó ayer en «los muchos informes claros que remarcan los inconvenientes» de levantar el museo en plena Reserva de la Biosfera para mostrar su rechazo a la ejecución del proyecto.
Urtasun, que nunca antes había hablado del asunto desde su llegada al cargo con el cambio de Gobierno, lo hizo ayer en el Congreso en respuesta a una pregunta del presidente del PP vasco, Javier de Andrés. Aseguró que su ministerio trabaja para que «la cultura y el medio ambiente vayan siempre de la mano», situación que en este caso los informes previos cree que no justificarían, pese a que el Ejecutivo ya ha inyectado 40 millones para sufragar los trabajos preliminares.
A las puertas de la precampaña vasca, en la que Sumar mantiene una guerra fratricida con Podemos –abiertamente contraria al museo–, el ministro dijo 'no' al proyecto... pero reconoció que su opinión tiene poco peso en lo que ocurra en el futuro. Dejó en manos de las instituciones vascas y del Patronato del Guggenheim la decisión final sobre la pinacoteca. «Les compete a ellos porque son quienes han decidido realizarlo».
La opinión del Gobierno de España es, en todo caso, la única que faltaba por conocer después de que el lehendakari desatara una tormenta política de dimensiones considerables el pasado 22 de enero al poner en duda la ejecución del proyecto, que hasta ese momento se daba por segura. Llamó a «reflexionar» antes de avanzar con unos trámites «complejos y largos».
A Urkullu le contradijeron durante las siguientes 72 horas la cúpula de su propio partido, incluido el candidato a las próximas autonómicas –Imanol Pradales–, y la portavoz del Gobierno foral, Leixuri Arrizabalaga. Todos se esmeraron en resaltar su apuesta «firme» por el Guggenheim de Urdaibai. El martes pasado, la diputada general Elixabete Etxanobe, ratificó que el plan es seguir adelante, aunque no fue tan tajante. Condicionó la ejecución a que se superen los «complejísimos» trámites previos, que calificó como «absolutamente garantistas».
No podemos perder de vista que Urdaibai es un entorno declarado como Reserva de la Biosfera por la Unesco y que, por lo tanto, realizar cualquier intervención en el mismo requiere de numerosos trámites previos. También una labor de renaturalización y descontaminación de los solares en los que se quiere levantar el museo. Para eso entregó el Ministerio de Transición Ecológica (Miteco) 40 millones a la Diputación el pasado julio tras la firma de un convenio de colaboración.
Aunque ese acuerdo fija un plazo de seis años para gastar los 40 millones, la portavoz de la Diputación aseguró hace unos días que esta inversión se aprovechará durante los próximos dos (el plazo que se ha dado el Patronato para reflexionar sobre el proyecto) e irá a labores de descontaminación de la zona. Urtasun, en cambio, afirmó que esta línea de crédito está sujeta a que la idea de levantar el museo siga adelante. En relación al papel que juega el Gobierno central, De Andrés replicó al ministro que «no es compatible decir que esta es una cuestión que compete a las administraciones vascas y financiarlo con 40 millones».
Si se sigue la misma hoja de ruta que se contemplaba hace un año, está previsto que el dinero aportado por el Gobierno central también se aproveche para instalar aparcamientos para bicicletas y se amplíe la red de bidegorris. Además, se renovará el trazado entre Dalia y Murueta, que se extenderá hasta la carretera BI-2235. Del mismo modo, se prevén actuaciones de mejora en la senda peatonal que llega a la zona con otros 400 metros de recorrido.
Más allá de la Diputación, que tiene guardados en la caja 40 millones «para cuando sea necesario» ejecutar el museo y se ha mostrado dispuesta a poner más dinero, los otros 40 que aporta elMinisterio son los únicos disponibles para impulsar la pinacoteca. Pese a las presiones y los llamamientos para que aclare su postura que viene realizando el Gobierno foral, y el central, Lakua aún no ha dado el paso de abrir el grifo de la financiación. El escepticismo de Urkullu deja en manos del próximo Gabinete la decisión de sumarse al proyecto. No es una adhesión cualquiera: sin el visto bueno autonómico no habría museo.
El ministro Urtasun también aludió ayer a «la gran parte de la sociedad vasca que no comparte la ampliación del museo» como uno de los motivos para justificar la paralización del mismo. El rechazo al proyecto es una de las banderas de Podemos Euskadi, cuyos representantes, igual que los de EH Bildu, han participado en las protestas organizadas por varias plataformas vecinales. La coalición soberanista, en todo caso, no da un 'no' rotundo, solo pide que se haga una consulta popular antes de dar pasos en Urdaibai.
Más allá del plan para levantar un nuevo Guggenheim, la Diputación y el Gobierno vasco pretenden declarar Busturialdea como Zona de Atención Prioritaria (ZAP), una figura que abre la puerta a una batería de medidas e inversiones públicas destinadas a revitalizar el entorno. La propuesta debe ser aprobada por el Parlamento cuando vuelva a configurarse tras las elecciones.
Aunque afronta sus últimos días en el cargo, Urkullu dio luz verde a que se active el proceso para convertir el entorno de Urdaibai en ZAP el martes en el Consejo de Gobierno. La semana anterior, el lunes, se reunió con el alcalde de Gernika, José María Gorroño, para hablar del asunto. El regidor propuso al Ejecutivo autonómico la construcción de un nuevo centro de Formación Profesional en la comarca, un aparcamiento disuasorio cerca de las playas e impulsar una promoción de apartamentos en una zona industrial de la villa foral.
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