Un millón de euros para dar un nuevo impulso al futuro tranvía a Zorrozaurre

La fase en la que ahora se entra durará dos años. Se espera que los ingenieros tengan todo listo para la primavera de 2026. Será entonces cuando las máquinas puedan entrar a trabajar sobre el terreno. Se trata de un calendario bastante más dilatado que el esperado. En 2022, en el transcurso de una visita a Bilbao, el consejero de Transportes, Iñaki Arriola, barajó que las obras de este proyecto podrían comenzar a finales de este 2024. Este plazo ya no se va a cumplir, aunque también es cierto que el proyecto global de Zorrozaurre, la última expansión urbanística de la capital vizcaína, avanza aún muy despacio.

Por este motivo, una de las novedades que traerá el concurso que se va a convocar es que se pedirá a los ingenieros que realicen un trabajo que permita ejecutar por tramos el futuro proyecto. De esta forma, se podría actuar en la primera parte del trazado, que obligaría a cambiar la estación de Sabino Arana, modificar el tráfico en el Sagrado Corazón y habilitar una primera parada en Olabeaga. En una segunda fase se abordaría el resto de la línea, que entraría a Zorrozaurre a través de un puente y contaría con cuatro terminales en el futuro ensanche de la ciudad.

Esta pasarela, precisamente, es uno de los puntos calientes del proyecto. Salvo que se produzca un cambio de última hora, la estructura prevista, de unos 100 metros de longitud, dejaría libre un galibo de solo 7 metros con pleamar con respecto a la ría, lo que va a limitar la navegabilidad del curso fluvial. Por ejemplo, los grandes veleros y goletas que visitan el Museo Marítimo ya no podrían hacerlo. La Asociación Vasca de Patrimonio Industrial y Obra Pública (AVIOP) ha alertado en varias ocasiones de esta problemática, mostrando su descontento y alegando que se va a perder uno de los valores esenciales de la ría. Proponen habilitar un puente móvil que facilite el tránsito de los barcos, como sucede en otras urbes europeas. Un concepto que también se va a aplicar en Erandio y Barakaldo, con la pasarela peatonal que ya está en construcción. La pasarela a Zorrozaurre que por ahora está en proyecto sí contaría con una parte reservada a peatones y bicis.

El trazado tendrá 2,4 kilómetros, lo que hará que la red de tranvía de Bilbao crezca hasta los 10,5 kilómetros. El trabajo que ahora realizarán los ingenieros tendrá en cuenta la reubicación de los elementos urbanos afectados, el análisis de itinerarios y recorridos peatonales, los desvíos y ajustes del tráfico rodado en las diferentes fases de ejecución, y un estudio de tráfico en el entorno de conexión del ramal tranviario con el Euskalduna. Además, también se trabajará en diversos aspectos relacionados con el medio ambiente. Así, se llevará a cabo un informe hidráulico sobre la posible variación de la inundabilidad, un estudio acústico y de vibraciones en fase de explotación y un estudio acústico en fase de obras.

El proyecto definitivo también tiene que definir al detalle el capítulo del presupuesto. Hace dos años se tasó el coste en 42 millones de euros, pero la inflación y los problemas en la obra pública por la crisis energética y la guerra de Ucrania invitan a pensar que habrá que aumentar los recursos destinados a esta iniciativa.