Un millón de euros para completar la resurrección de la calle San Francisco

La junta de gobierno del Ayuntamiento ha aprobado este miércoles una partida de 1,22 millones para actuar en lo que queda: en el tramo entre Conde Mirasol y la plaza de Los Tres Pilares (bajando hacia Bilbao la Vieja) y en Cantalojas (entre Cortes y San Francisco). En total, el ámbito de actuación será de 2.000 metros cuadrados. El proyecto saldrá a licitación «en los próximos días», ha anunciado el equipo de gobierno, y una vez que se adjudique el tajo el plazo de ejecución será de seis meses, lo mismo que en la primera fase.

La calle San Francisco se extiende a lo largo de 755 metros entre la plaza de los Tres Pilares y la plaza Zabalburu. En la mayor parte de su extensión –así como en algunas de las calles transversales–, el Ayuntamiento ya ha llevado a cabo obras de renovación integral para la mejora del entorno urbano, muy degradado en las últimas décadas. Lo que se ha ejecutado son aceras más amplias, que además de hacer bonito dan más protagonismo al peatón y reducen el impacto del tráfico. Como suele hacerse en estos casos, se ha diseñado una plataforma única, es decir, está a la misma altura la zona destinada a los caminantes y a los coches, que ya solo tienen un carril de circulación.

El proyecto que se ha aprobado este miércoles abarcará los últimos 160 metros de la calle, además de unos 45 metros en Cantalojas. «Y se abordará con la misma solución tanto estética como funcional que el resto de la calle», han informado desde el equipo de gobierno. En concreto, «se renovarán firmes y pavimentos en todo el ámbito; se sustituirá toda la red de alumbrado, incluyendo las propias farolas y luminarias tipo LED; y se instalarán nuevas canalizaciones de saneamiento, fecales y pluviales».

Por otra parte, se modernizará el mobiliario urbano, replicando el ya colocado en las fases anteriores de obra. El diseño planteado mantiene la zona estancial de la calle San Francisco, en su intersección con la Plaza Tres Pilares, donde se renovarán y sustituirán las sillas y bancos en mal estado. Además, para la calle Cantalojas, en la zona meramente peatonal, se ha diseñado una nueva zona estancial, de bancos y sillas.

La estrategia pretende, mediante el adecentamiento urbanístico, ir superando décadas de degradación y estigma en una zona que tradicionalmente se ha tenido por conflictiva, habiendo motivos para ello. Hay que tener también en cuenta que se trata de un entorno muy céntrico y que previsiblemente ganará mucho protagonismo en el momento aún impreciso, pero con certeza lejano, en el que llegue el tren de alta velocidad y el soterramiento de las vías.