Los vecinos de Irala y Rekalde llevan más de dos décadas reclamando que el metro llegue a los barrios del sur de Bilbao. Durante años han visto cómo se han manejado diferentes trazados por parte de las instituciones, pero el tiempo pasa «y seguimos sin ... surburbano». Ayer, la Plataforma Metro Línea 4 denunció que la expansión del ferrocarril subterráneo a esta zona de la capital vizcaína es una historia «repleta de promesas incumplidas, engaños y mentiras». El colectivo presentó 3.378 formularios con aportaciones al futuro trazado, cuyo diseño ha entrado en la que podría ser su fase final.
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Porque, en la actualidad, el Gobierno vasco ha abierto un proceso de participación (no vinculante) para que los residentes en el entorno puedan elegir entre dos propuestas que han sido estudiadas por los ingenieros durante la confección del Estudio Informativo de la línea. Las alternativas que se ofrecen no tienen nada que ver con el recorrido que se presentó en la década pasada, cuando se pretendía unir Matiko con Rekalde. Ahora, la idea es aprovechar el trazado existente de Feve (todavía en manos del Ejecutivo central, aunque pendiente de transferencia) para enlazar Abando (que se convertirá en la referencia del transporte de Bilbao con la llegada del TAV) y Zorroza. Un proyecto que costaría entre 240 y 290 millones de euros y para el que todavía no hay plazos concretos. La horquilla en el presupuesto tiene que ver con los dos planes que se analizan: estaciones bajo los barrios o un sistema de funiculares.
La plataforma vecinal dejó ayer claro que las lanzaderas subterráneas no son de su agrado. Las dos propuestas presentadas «no son las mejores», advirtieron, pero se mostraron abiertos a «aceptar» la otra iniciativa, siempre y cuando se tengan en cuenta las aportaciones que se incluyen en esos 3.378 formularios que «hemos recogido en solo diez días».
Entre las demandas destaca que la futura Línea 4 llegue a San Mamés (nueva Intermodal y hospital). Sería una manera de dotar al conjunto de una mayor conectividad. El trazado, según han previsto los expertos, pasaría muy cerca de ese punto, por la parte norte de Basurto.
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Además, los residentes reclaman que haya una mejora en los accesos tanto en su ubicación como en sus características. El objetivo, precisaron, es dotar de una mayor capilaridad al trazado, en un intento de asomarse también a Miribilla y San Adrián. Para ello ven como muy importante que se puedan construir «elementos mecánicos» que acerquen el suburbano a las personas que viven en entornos más alejados. Según las propuestas de los ingenieros, la Línea 4 podría llegar a una cobertura de 22.000 potenciales clientes.
Los vecinos también piden un compromiso de las instituciones para finalizar el ramal «cuanto antes», tras «28 años de espera». En este sentido, mostraron su escepticismo. «Probablemente, se acabe antes la Línea 5 que la 4», apuntó la portavoz, Ana Blanco. El único rayo de esperanza que ven es que, «si se aprovecha el trazado de Feve, la obra subterránea (que es siempre lo más costoso) sería solo de dos kilómetros».
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