El metro creció un 20% en 2021 pero sigue lejos de su pujanza previa a la pandemia

En 2021, el metro no ha logrado recuperar todo el terreno perdido, pero hay que tener en cuenta que ha habido restricciones a la movilidad y tampoco ha habido apenas eventos sociales (ni fiestas patronales, pocos conciertos, San Mamés cerrado durante muchos partidos...). Los hábitos de la ciudadanía se han modificado de manera notable. En definitiva, han viajado 7 de cada 10 clientes que lo hacían antes del virus. La demanda, no obstante, fue creciendo a lo largo del año hasta diciembre, cuando irrumpió ómicron y el número de positivos, cuarentenas y la vuelta al teletrabajo en muchas empresas truncó una evolución positiva que había comenzado después del verano.

Antes de la última variante, el suburbano había conseguido recuperar al 85% de sus clientes en hora punta. Una cifra que, no obstante, está aún lejos de los datos del coche, que ha recuperado su pujanza en detrimento del transporte público. Los datos de entradas a Bilbao en octubre revelaban una recuperación total del tráfico prepandemia y una reciente encuesta de la Diputación apuntaba que el uso del vehículo privado está ya por encima del 90%. El suburbano se ha quedado por ahora en el 73%, en este balance anual.

Se aprecia también un cambio en los horarios de uso del metro. Con respecto a 2020 se ve que las horas punta suben más arriba por la mañana y a mediodía y caen de manera más abrupta a partir del pico de la tarde. Esto se puede interpretar como que los pasajeros regresan antes a casa.

Otro cambio destacable es el crecimiento del uso de la tarifa Creditrans (incorporado dentro de la Barik). Avanza al 57% del total de viajes, cuando antes rondaba el 50%. Y crece porque bajan los títulos temporales (mensuales, 50 viajes, anuales...). El motivo es claro: la pandemia ha trastocado constantemente nuestros planes. Si algo sabemos es que no tenemos seguridad de cómo nos golpeará el virus la semana o el mes que viene. En este sentido, el viajero ha perdido la confianza en que pueda mantener su vida cotidiana durante mucho tiempo y prefiere apostar por tarifas que se ciñen al presente.

Respecto a las estaciones más utilizadas en 2021, Casco Viejo representa, un año más, la intermodalidad y centralidad de Metro Bilbao, gracias a que aquí se puede dar el salto a Euskotren y la Línea 3. Por este motivo atrajo a 5,08 millones de viajeros por delante de Indautxu (4,54), Moyua (4,3) y San Mamés (4,2).

En 2021 también se hizo la encuesta anual de satisfacción de la clientela. Los usuarios vuelven a dar un notable alto a Metro Bilbao (un 8). Destacan, sobre todo, la limpieza de las estaciones (8,48) y la rapidez (8,28). La evaluación es muy positiva teniendo en cuenta que ha sido un año difícil y el descontento se ha instalado a nivel general en la sociedad.

El metro ha presentado su balance de viajeros pero no el económico. El ejercicio contable se suele cerrar normalmente en marzo pero todo apunta a que serán mejores cifras que las de 2020, puesto que la recaudación ha tenido que crecer al subir casi un 20% el número de desplazamientos contabilizados. Hay que recordar que la pérdida de la clientela causó un importante agujero en 2020 con 21 millones de euros menos que entraron en caja al descender la venta de billetes. Aquel primer impacto del covid propició un año dramático en las cuentas de una compañía que contaba hasta entonces con un nivel de autofinanciación inigualable en comparación con el resto de transportes públicos e, incluso, con respecto a otros metros europeos.