El metro abre hoy la estación fantasma de Ibarbengoa, que llevaba 8 años terminada

La nueva estación estará ubicada entre Berango y Bidezabal. Fue edificada a cielo abierto, dentro del municipio de Getxo, que pasará a contar con siete paradas, y va a tener su importancia, ya que se convertirá en cabecera: punto de partida y destino de las unidades que antes terminaban en Bidezabal y no seguían camino hacia Uribe-Kosta. Por este motivo, Ibarbengoa gozará de la misma frecuencia que Algorta, Neguri, Leioa o Barakaldo. Es decir: enlace con Bilbao cada seis minutos, en hora punta. Los convoyes que circulen hacia la margen derecha y no lleguen a Plentzia, tendrán el letrero 'Ibarbengoa' en su panel luminoso frontal, lo mismo que sucederá en los indicadores de los andenes. Será un nuevo topónimo a tener en cuenta en el universo Metro Bilbao.

La pregunta que ahora se puede estar haciendo el lector es ¿por qué si llevaba construida más de ocho años no ha entrado en servicio antes? La respuesta es compleja. El proyecto de Ibarbengoa ha ido experimentando problemas desde su origen. Su edificación está relacionada con la eliminación del paso a nivel de Maidagan. Se pensó entonces en aprovechar para habilitar una estación cerca, con el objetivo de dar servicio al barrio de Andra Mari, una zona de Getxo en la que se planteó un proyecto urbanístico muy ambicioso con posibilidad de construir más de 8.000 viviendas.

Andra Mari es la zona más rural de Getxo. Cuenta con 14.000 habitantes y bastante terreno virgen. Finalmente, la estación ha llegado mucho antes que el desarrollo urbanístico previsto, que permanece encallado por ahora a consecuencia de la crisis inmobiliaria de finales de la década pasada y la existencia de un arraigado movimiento vecinal de oposición. De hecho, este asunto sigue generando un intenso y recurrente debate en el Ayuntamiento.

Postergada la construcción de viviendas en los alrededores, el CTB promovió en 2016 la edificación de un parking disuasorio para intentar que los habitantes de zonas diseminadas o de pueblos vecinos pudieran viajar a Bilbao sin necesidad de utilizar el coche. La apertura de este aparcamiento fue puesta como condición indispensable para la inauguración de Ibarbengoa. El problema es que su construcción ha sido un calvario. El movimiento vecinal bloqueó hasta con barricadas el inicio de las obras al entender que «suponía un paso hacia la especulación y la destrucción de entorno». Luego la obra, que ha costado 3,6 millones, ha tenido sus dificultades, con un sobrecoste de 370.000 euros y un serio problema en su fase final por un error en la puesta en marcha de los sistemas de emergencia.

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