Así estaba el Mercado de La Ribera a mediodía

Los puestos han recibido a «mucha gente» tras un lunes en el que, como casi todos los primeros días de la semana, las ventas se resintieron. «Hoy estamos saturados», afirma el responsable del colectivo de minoristas, quienes ya en los primeros compases de la crisis sanitaria decidieron bajar la persiana a las tardes «por seguridad» y ante la escasa afluencia de gente. «Parece que se han dado cuenta de que llega la Semana y que tienen los frigoríficos vacíos y han venido todos a comprar», ironiza.

Y es que en La Ribera están dolidos porque, a la pérdida de sus clientes habituales –muchos no pueden llegar hasta el mercado por las restricciones a la movilidad–, se suma la apuesta de la mayoría de los consumidores por los supermercados. «Habrán intentado hacer un pedido a domicilio y como ven que no se lo llevarán en diez días vienen aquí», lamenta.

La presencia de más gente que otros días ha provocado que, en algunos momentos, no se guardara la distancia mínima de seguridad, de entre uno y dos metros, entre los consumidores, algo en lo que los trabajadores no han podido reparar ante el «intenso» trabajo que han desarrollado hoy. En cualquier caso, y para evitar el contacto entre las personas que acudan a comprar, los comerciantes ya delimitaron con cinta hace tres semanas en el suelo los huecos en los que deben colocarse los compradores.