La Ertzaintza tuvo que intervenir el miércoles a la noche en Sopuerta a raíz de una pelea con «palos y barras de hierro» protagonizada por una decena de menores acogidos en el centro de Sopuerta. Según las fuentes consultadas por este diario, fueron varios vecinos ... los que alertaron a la Ertzaintza después de presenciar el altercado, que fue el último episodio de la enemistad que enfrenta a varios jóvenes que residen en las instalaciones forales. De hecho, uno de ellos tuvo que ser trasladado esa misma noche a otro de los edificios que tiene la Diputación para dar cobijo a los menores extranjeros que se encuentran en situación de desamparo.
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La pelea del miércoles fue el último de una serie de incidentes que se han producido en los últimos días en la localidad vizcaína. Los vecinos denuncian que se han producido robos en establecimientos comerciales y un intento de entrar en una vivienda, entre otras cosas.
Al parecer, muchos de los supuestos delitos han sido protagonizados por el mismo menor que estaba enfrentado con sus compañeros, a los que supuestamente había robado. De hecho, este lunes también se produjo una pelea entre los menores y un altercado en un bar después de que unos jóvenes empezasen a golpear el mobiliario y la máquina de tabaco. También increparon a una de las trabajadoras.
En estas circunstancias, la Ertzaintza realizó el martes en compañía de los educadores un registro en la parte en la que se alojan los menores más conflictivos. La operación se produjo a petición del propio centro. Según los mismos medios, la Policía vasca encontró escondidas en las instalaciones alguna navaja y un pasamontañas. Supuestamente pertenecían al mismo joven que lleva causando problemas en las últimas semanas y que también tuvo que ser reducido a finales de noviembre por agresiones y amenazas a uno de los educadores.
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Las agresiones del miércoles a la noche fueron el último episodio –y el más grave– de los que se han producido estas últimas semanas. Según las fuentes consultadas, los vecinos alertaron de que había chavales saliendo del centro con palos y empezaron lo que definieron como una «batalla campal». Al parecer, eran varios menores contra el compañero que ha sido trasladado y contra un exmenor tutelado. Sin embargo, cuando llegaron las patrullas de la Ertzaintza el altercado había terminado. Los trabajadores, según las mismas fuentes, advirtieron a la Fiscalía de que no podían garantizar la seguridad del menor. El problema que les trasladaron las instituciones es que –insisten los mismos medios– los centros de la Diputación están «saturados» y es muy difícil encontrar huecos.
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