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Tres estudiantes muertas por un 'fitipaldi' en Elorrio

Tres estudiantes muertas por un 'fitipaldi' en Elorrio

La memoria negra ·

Un conductor que invadió el sentido contrario mató en 2003 a tres veinteañeras que regresaban a sus casas en Durango, Elorrio y Amorebieta el fin de semana. Otras dos sufrieron graves secuelas

Miércoles, 3 de abril 2019, 00:30

Alazne, María y Amaia tenían 19 y 20 años y una vida por delante. Compartían un piso de estudiantes en Eskoriatza y aquel negro 21 de noviembre de 2003 volvían a sus casas en Elorrio, Durango y Amorebieta a pasar el fin de semana con sus familias. Amaia, que estudiaba con buenos resultados Humanidades y Empresa, murió el día antes de su 20 cumpleaños. Otras dos chicas sobrevivieron al siniestro con graves heridas y padecieron importantes secuelas.

Las cinco chicas iban en la furgoneta 'Renault Express' del padre de una de ellas y se cruzaron en su camino con un auténtico 'fitipaldi'. E.P.J., de 28 años, conducía un 'Citroën Xsara' e iba acompañado de un amigo. Eran las seis y cuarto de la tarde. Por una distracción, circuló en sentido contrario a lo largo de «700 metros» después de terminar el doble carril de la N-636, a su paso por el barrio de Iguria, tramo conocido como la variante de Elorrio.

Según el atestado de la Ertzaintza, el conductor tuvo que atravesar dos rayas continuas para pasarse al otro sentido en una curva sin visibilidad. En el juicio alegó que él creía que «circulaba correctamente» y que se centró en mirar las indicaciones de dirección hacia Mondragón, adonde se dirigía. El impacto frontal resultó tan virulento que la furgoneta volcó. Murieron en el acto la conductora, la joven que ocupaba el asiento del copiloto y la que iba atrás en el medio. Los otras dos estudiantes, ambas llamadas Iratxe, quedaron tocadas. Una permaneció más de un año en coma y al despertar tuvo que aprender a andar y a hablar. Su amiga pasó por cinco intervenciones quirúrgicas. El juicio no se pudo celebrar hasta que ambas fueron dadas de alta, en marzo de 2008.

Sentencia escandalosa

El coche es un arma letal, aunque quienes lo manejan no sean conscientes de ello. El cruel accidente se produjo antes de que se aprobara en España el carné por puntos y cuando aún la concienciación social sobre la velocidad o el consumo de alcohol al volante estaba a años luz de lo que debería. En la primera resolución por el caso, un juzgado vizcaíno condenó al automovilista por una infracción leve y fue sancionado con la irrisoria cantidad de 900 euros y un año de retirada del carné, que hoy servirían para castigar un simple exceso de velocidad o una alcoholemia. La sentencia provocó la rabia de las familias de las víctimas, que recurrieron ante la Audiencia vizcaína y consiguieron que la condena aumentara a dos años y medio de cárcel y tres y medio sin carné por tres homicidios por imprudencia grave.

Los recurrentes consideraban al conductor como un «suicida o kamikaze» y el fiscal pedía para él cuatro años de prisión y seis de prohibición de conducir. La Sección Segunda de la Audiencia vizcaína revocó la escandalosa sentencia de primera instancia al entender que E.P.J. había cometido, aunque sin dolo, una «infracción grave que puso en peligro la vida e integridad física del copiloto, además de causar tres muertes y lesiones en los ocupantes».

Los seres queridos de estas tres chicas seguirán hoy sufriendo por sus pérdidas.

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