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Los autores del crimen fueron detenidos en Burgo de Osma. Luis Calabor
Tiroteo entre clanes en un bar de Otxarkoaga

Tiroteo entre clanes en un bar de Otxarkoaga

La memoria negra ·

Dos hermanos mataron de cuatro disparos a un miembro de 'los Bañuelos' con el que habían tenido un altercado previo en una partida de cartas, y huyeron a Soria

Miércoles, 27 de marzo 2019

Tanto los asesinos, los hermanos Jesús, 'Txutxi', e Ignacio Setién, como la víctima, Luis García Bañuelos, iban armados aquel 17 de abril de 1990. En el cadáver se localizaron una pistola del calibre 9 mm corto, con un proyectil en la recámara y otro en el cargador, y una segunda arma del 6,35, que no llegó a usar para defenderse. Unos y otros pertenecían a dos clanes rivales enfrentados por el negocio de la droga. No era la primera vez que volaban las balas entre ellos. Un mes antes, durante una partida de cartas en el pub Kent, los perdedores, entre ellos Luis, se enfadaron e iniciaron una discusión. En medio de la refriega, el miembro del clan Bañuelos extrajo la pistola y disparó en dirección hacia uno de sus contrincantes, que resultó ser uno de los hermanos Setién. El tiro resultó fallido, no le alcanzó, aunque hirió a una tercera persona. El joven hacia el que apuntaba el cañón juró venganza. «Este no va a disparar a nadie más», anunció. Al cabo de unos días, acompañado de su hermano, buscó a su enemigo.

Le encontró a primera hora de la tarde acodado en la barra del bar El Caserío, en camino de Arbolantxa, a las afueras del barrio de Otxarkoaga, con su novia. Los hermanos se asomaron al umbral de la puerta. Ignacio apretó el gatillo en primer lugar, pero después «no pudo volver a disparar por segunda vez porque se le encasquilló el arma», según los testigos, y su hermano remató a la víctima. Recibió cuatro disparos de armas distintas en el mentón y el abdomen y fue trasladado en ambulancia hasta el hospital de Basurto, donde ingresó ya cadáver.

57 años de condena

En un primer momento se barajó la hipótesis del atentado porque ETA había matado a dos miembros del clan Bañuelos, conocidos traficantes de Bilbao en una supuesta campaña contra la droga en los dos años precedentes al crimen. Días después del suceso, la Policía Municipal de Bilbao, encargada de investigar el tiroteo –la Ertzaintza aún no se había desplegado en la capital vizcaína–, encontró 15.000 dosis de heroína, 2.500 de cocaína, 500 de hachís, un dinamómetro de los que se utilizan para pesar la droga, y una pistola con munición enterrados en las inmediaciones de 'El Caserío'. Los investigadores identificaron a los sospechosos, sabían quiénes eran, pero habían huido a Soria, por lo que tuvieron que seguirles el rastro.

El mayo, al cabo de un mes del crimen, la Policía local, en colaboración con la Guardia Civil, logró detener a los dos hermanos en la localidad soriana de Burgo de Osma, donde se escondían. En diciembre de 1992, la Audiencia vizcaína condenó a Jesús e Ignacio Setién a un total de 57 años de prisión por el asesinato de Luis García Bañuelos. «Los acusados sorprendieron, por lo súbito e insesperado de su ataque, a la víctima pese a portar ésta dos pistolas en los bolsillos de su chaqueta, no pudiendo sacar ninguna de ellas a tiempo de repeler la agresión», apuntaba el tribunal, que rechazó la tesis de la defensa. Tampoco les sirvió que varios testigos les dieran una coartada afirmando que habían estado con ellos la tarde de los hechos en Burgo de Osma.

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