El 'Zirri', izado sobre el buque de Salvamento Marítimo 'María de Maeztu'.Fernando Gómez
El niño que se salvó de un naufragio con tres muertos en Zierbena
La Memoria negra ·
Tres amigos vizcaínos que salieron a pescar murieron ahogados al volcar su bote, al que se aferraron un crío de 11 años y un hombre que no sabía nadar, en marzo de 2011
Óscar Martín, de 44 años y que regentaba el bar 'La Trainera' en San Ignacio, se acababa de comprar a medias un barquito al que llamaron 'Zirri' para disfrutrar de su gran afición al mar. «Es una maravilla cerrar el negocio e irse a pescar rodeado de tranquilidad», solía repetir con una sonrisa. El bote llevaba solo tres meses amarrado en el puerto de Zierbena. Aquella maldita tarde del 25 de marzo de 2011, había invitado a tres amigos, clientes de su local, el policía municipal de Bilbao José Luis López, de 52 años; el maquinista naval jubilado, Txema Romanillos, de 66; y al neófito, Txema Bilbao, de 52, que ni siquiera sabía nadar. En las últimas salidas le acompañaba también su hijo pequeño, Arkaitz, de 11 años, que le había cogido el gusto a la pesca a caña.
El barco, con motor fueraborda de gasolina, de 6 metros de eslora, sin cabina ni radio, había zarpado sobre las seis de la tarde con la intención de pescar verdeles en El Abra. Según explicaron después los dos únicos supervivientes, el niño y el hombre que no sabía nadar, se encontraban a unas dos millas de la costa cuando, sobre las ocho de la tarde, entró agua en la zona del motor. Había aviso amarillo por viento, con rachas de entre 60 y 80 kilómetros por hora, que provocaba olas muy juntas, una cada cuatro segundos, que arreció a última hora. El Zirri se había guarecido en las aguas más tranquilas de la zona conocida como 'El Cajón', y volcó. Al 'patrón' solo le dio tiempo a ponerle el chaleco salvavidas a su hijo y a ayudar a Txema Bilbao a subirse a la quilla. Los otros dos amigos desaparecieron. Uno, el policía municipal, logró mantenerse agarrado a una boya hasta que le vencieron las fuerzas y se hundió.
Once horas en la quilla
Óscar, buen nadador y navegante, confió en sus fuerzas y se lanzó a dar brazadas con la intención de alcanzar el litoral para pedir ayuda, pero también se lo tragó el agua. La mujer de uno de ellos fue quien dio la voz de alarma al no regresar su marido a casa. La corriente fue arrastrando al bote hasta las nueve millas de distancia de Castro Urdiales, donde fue localizado por Salvamento Marítimo con dos supervivientes a bordo a primera hora de la mañana del día siguiente. Permanecieron encaramados a la quilla del 'Zirri' durante once horas. Estaban extenuados y presentaban una leve hipotermia, pero seguían vivos. El crío tenía las piernas llenas de hematomas de aferrarse al barco. «¡Mi aita, mi aita!», se dolía el pequeño entre sueños en el hospital.
Dos días después, Txema Bilbao recibió el alta y el niño Arkaitz fue trasladado a planta. Entonces, las esperanzas de encontrar con vida a los desaparecidos eran prácticamente nulas. En días posteriores, fueron localizados los cuerpos del patrón y del agente de la Policía Municipal bilbaína, a unas tres millas del cabo de Matxitxako. El tercer y último náufrago, Romanillos, fue encontrado tres semanas después, en la zona de Bidart, en la costa francesa.
Este texto ha contado con la colaboración del servicio de documentación
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