
Muerte a cuchilladas en Lutxana
La memoria negra ·
Vicente, de 44 años, asestó «dos, cuatro, seis, no sé cuántas puñaladas» al novio de su hermana Felipa en el barrio baracaldés en 1999Secciones
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La memoria negra ·
Vicente, de 44 años, asestó «dos, cuatro, seis, no sé cuántas puñaladas» al novio de su hermana Felipa en el barrio baracaldés en 1999Las relaciones familiares han estado detrás de algunos truculentos crímenes. Vicente G.D., que entonces tenía 44 años, estaba «harto» del novio de una de sus ocho hermanas, Felipa. Llevaba «años soportándole», según explicó ante el tribunal popular que le juzgó por el homicidio de su futuro cuñado y una tarde, después de jugar la partida en la bodeguilla de su barrio, Lutxana, y tomar «dos pacharanes y siete u ocho vinos», cuando regresaba a casa, se cruzó con él y le mató.
Ocurrió el 1 de julio de 1999. Al acceder al rellano de la escalera, en la calle Arriotxe, Vicente se encontró con la pareja, «'la Felipa'», como él la llamaba, y Jesús L.P., «que eran novios, amigos o algo de eso». La matriarca del clan y el resto de la familia también estaban molestos con la conducta de la pareja, que tenía hábitos poco saludables. «Era como si no mandara en casa», decía la madre de Vicente y Felipa en el juicio, que se celebró menos de un año después, en enero de 2000 en la Audiencia vizcaína. «Cuando llegaba de trabajar, me los encontraba pinchándose delante de un sobrino de cuatro años», aclaró el acusado ante el jurado.
Cansado de estas escenas, Vicente le dio un ultimátum a Jesús en el descansillo de la escalera la tarde anterior al crimen. «¡O te marchas de aquí o montamos una gorda!», le advirtió. Felipa sacó a su novio casi arrastras «para evitar problemas», mientras Jesús contestaba al desafío: «¡Si tienes algo conmigo, lo arreglamos como dos hombres en la calle!».
Vicente no se lo pensó dos veces. «Cogí una navaja de la cocina y bajé a la calle para darle un escarmiento», relataba en la vista oral. «Le metí un viaje y se resbaló. Una vez en el suelo, le pegué dos, cuatro, seis puñaladas, no sé cuántas», confesó. Los forenses que practicaron la autopsia al cadáver contabilizaron nueve heridas de arma blanca, cuatro de ellas en el tórax, «mortales de necesidad».
En su defensa, Vicente advirtió que «sólo quería darle un susto» y que se entregó a la Ertzaintza, aunque su hermana no le perdonó que aprovechara «la caída de su novio para darle una, otra y otra puñalada hasta acabar con él, como había anunciado». El jurado le declaró culpable de un delito de homicidio, castigado con entre 10 y 15 años de prisión, y rechazó el atenuante de embriaguez que pedía la defensa.
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Jon Garay e Isabel Toledo
J. Arrieta | J. Benítez | G. de las Heras | J. Fernández, Josemi Benítez, Gonzalo de las Heras y Julia Fernández
Josemi Benítez, Gonzalo de las Heras, Miguel Lorenci, Sara I. Belled y Julia Fernández
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