
Ajuste de cuentas a un talador de pinos en Carranza
La memoria negra ·
Un joven de 32 años, que escapó medio año antes de unos matones que dieron una paliza con cadenas a sus padres, fue asesinado a tiros el 2 de julio de 2001Secciones
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La memoria negra ·
Un joven de 32 años, que escapó medio año antes de unos matones que dieron una paliza con cadenas a sus padres, fue asesinado a tiros el 2 de julio de 2001¿Fueron sus asesinos los mismos que medio año antes habían dado una paliza a sus padres? La incógnita sigue sin resolverse, al menos oficialmente, 18 después del crimen. Isaac Puente Pardo, natural de Guriezo y vecino de Castro Urdiales de 32 años, fue asesinado de tres balazos el día 2 de julio de 2001 en Carranza. Un vecino y su hijo menor localizaron el cadáver al día siguiente, sobre las once de la mañana, tirado en un prado verde, en el barrio Las Llanas, junto a una desbrozadora. El cuerpo se encontraba ya en estado de descomposición, debido al fuerte calor que apretaba aquellos días. El paraje boscoso se encontraba ubicado junto a un riachuelo, una zona poco transitada, por lo que no hubo testigos del asesinato. Su vehículo ranchera fue encontrado en el camino cercano, con las puertas abiertas, su teléfono móvil y algo de comida para el almuerzo que no le dio tiempo a degustar.
Los investigadores de la comisaría de la Ertzaintza en Balmaseda encargados del caso lo atribuyeron desde el principio a un «ajuste de cuentas» perpetrado por delincuentes comunes. Isaac contaba con antecedentes por tráfico de drogas y en su pueblo se le relacionaba con el incendio, varios años antes, de una cuadra en el que habían muerto unas 200 ovejas.
Lo que estaba claro es que Isaac se había granjeado algunos enemigos. En el momento de los hechos, vivía con su novia en Castro, pero medio año antes del crimen, cuando aún estaba en casa de sus padres en Guriezo, el joven logró escapar saltando por la ventana de unos desconocidos que pretendían darle un escarmiento. Al no encontrarle a él, los matones la pagaron con sus padres, a los que golpearon con cadenas de hierro, según denunció la pareja en el cuartel de la Guardia Civil del municipio. La paliza dejó al matrimonio durante una semana en la cama recuperándose.
Según su entorno, Isaac hacía vida de «nómada» en busca de nuevas oportunidades. Justo en la época anterior al asesinato, había estado una temporada vendimiando en Francia. Durante los primeros meses de la investigación, los agentes creyeron tener identificados a los homicidas, aunque nunca se llegaron a tener pruebas contundentes como para detener a nadie.
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