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Dos meses después de que la Supersur reanudara su camino hacia la AP-68, la preocupación por los efectos que las obras de ampliación podrían tener sobre el paraje natural del Bolintxu va en aumento. Podemos trasladó ayer esa inquietud al último pleno de ... control que las Juntas Generales celebraron en Gernika y, como es habitual, la Diputación trató de despejar sus temores. La formación morada y la plataforma defensora del enclave acudieron a la sesión provistos de pancartas en contra de la infraestructura que a punto estuvieron de costarles la expulsión. Imanol Pradales, responsable foral de Desarrollo Económico y Territorial, aseguró que la obra se ejecutará con todas las garantías legales y anunció que sólo las medidas que la Administración ha impuesto a la adjudicataria del proyecto para mitigar el impacto en el paisaje rondarán los cuatro millones de euros.
Así, la Diputación ha ordenado actuaciones de reforestación en el ámbito del plan especial del Pagasarri, y de permeabilización ecológica entre la zona de Seberetxe-Buiabarri y de Buigoiti y el parque de Montefuerte. También la eliminación de la flora alóctona -invasora- en el entorno y en las márgenes de la AP-68 en el ámbito de actuación hasta Arrigorriaga, así como la continuación del bidegorri y el paseo peatonal entre Venta Alta y el barrio de Abusu-La Peña, entre otras. Pradales advirtió, además, que la institución foral «extremará la vigilancia y el control» durante tod el plazo de ejecución, con equipos de especialistas en flora y fauna «para minimizar las afecciones y reducir el impacto generado por las obras».
De nada sirvió que recordara a la Cámara que las precauciones para evitar el Bolintxu han encarecido en 3,5 millones las obras, que durarán un año más que en condiciones normales. Para la apoderada de Podemos Nuria Atienza, el enclave «nunca volverá a ser el mismo», porque el estudio medioambiental, dijo, recoge hasta 31 impactos por los trabajos, once de ellos graves, «un hecho que debería escandalizarnos».
El diputado redujo a cuatro los posibles efectos «potencialmente severos» y subrayó que no se ha identificado «ninguno crítico. De hecho, de haber existido se hubiera desestimado la solución prevista». Y recuperó algunas cifras para justificar la ampliación en la que ya está inmersa la Variante Sur Metropolitana, como los 34,5 millones de vehículos -8,5 de ellos pesados- que la han utilizado desde 2011.
Según Pradales la Supersur, por la que circulan 16.000 vehículos de media, ha reducido un 48% los accidentes en la A-8 y un 49,1% las horas de congestión del tráfico en el tramo comprendido entre el enlace de Sestao y el de Cruces. Pero para Atienza es una infraestructura «imposible de justificar en términos sociales, económicos o ambientales».
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