La medida no reduce la contaminación

Eso es lo que dicen los dos medidores de contaminación que el Gobierno vasco tiene funcionando en el área donde operan las limitaciones que afectan a los coches más viejos y supuestamente más sucios. Están en Mazarredo y en María Díaz de Haro. Y miden la presencia de los compuestos a los que se refiere el Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) como contaminantes a combatir.

Pues bien, en María Díaz de Haro la media diaria de óxidos de nitrógeno (NOx) entre el 1 de octubre y el 31 de diciembre de 2023 fue de 53 microgramos por metro cúbico. Sin embargo, en el mismo periodo de 2024 subió a 58. Las partículas también aumentaron: las PM10 pasaron de 14 a 16, y las PM2,5 de 8 a 10. Lo que no ha aumentado, sino que se ha mantenido inalterable, es el NO2, en 30 microgramos por metro cúbico.

En Mazarredo las cosas cursaron un poco mejor. Es cierto que los dos tipos de partículas en suspensión han empeorado al subir las PM10 de 13 a 16, y las PM2,5 de 7 a 8. Sin embargo, el NO2 ha bajado ligeramente, de 26 a 25, y el NOx de 38 a 36.

¿Cómo es todo esto posible? La concejala de Movilidad y Sostenibilidad, Nora Abete, señala que «esas mediciones no nos sirven porque las estaciones del Gobierno vasco miden la calidad del aire en general, no el dato de emisiones provocadas por la movilidad». Por ese motivo, añade, «tratamos de afinar el dato con nuestros medidores propios», los del Ayuntamiento, que van a dar «una imagen más fiel» de la situación.

Hay que recordar que el objetivo fundamental de la ZBE es rebajar las emisiones y mejorar la calidad del aire para luchar contra el cambio climático y beneficiar la salud de la ciudadanía. Es algo en lo que están todas las ciudades de más de 50.000 habitantes y que ayer entró en vigor en San Sebastián.