Mañana comienza la campaña de vacunación en Euskadi y desde el Colegio de Médicos de Bizkaia hacen un llamamiento a la población para que no dude en inmunizarse contra el virus. La entidad destaca que ponerse la inyección contra el SARS-CoV-2 «es un ... acto de responsabilidad individual y colectiva que salva vidas». Es por ello que no hacerlo supone, a ojos de los facultativos vizcaínos, una acción «insolidaria» que «retrasará la inmunidad de grupo» y alargará la pandemia, con la tensión que ello acarrea para el sistema sanitario y el deterioro que genera sobre la actividad económica.
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Por ello, desde la institución sanitaria piden a la ciudadanía que no se deje influir por los «bulos sin fundamento» de los antivacunas y no dude en ponerse la inyección cuando en los próximos meses sea invitada a hacerlo.
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Los primeros que se van a inmunizar contra la Covid-19 son los mayores que viven en residencias y sus cuidadores. Comenzarán a partir de mañana. Este primer día Euskadi recibirá una partida simbólica de 405 dosis que se administrarán en tres centros, uno por cada territorio.
A partir del lunes, al País Vasco llegarán cada lunes envíos de 16.000 unidades del preparado de Pfizer con los que empezará la campaña de manera efectiva. Cuando concluya la vacunación de los residentes y sus cuidadores arrancará la del resto de personal sociosanitario y la de los sanitarios. Les seguirán los grandes dependientes.
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Para finales de marzo la previsión es que hayan llegado a la comunidad 193.050 unidades producidas en las fábricas de esta farmacéutica con las que se protegerá frente al virus a 96.525 personas al tratarse de una vacuna de doble dosis. Podrían ser, incluso, más una vez la Agencia Europea del Medicamento (EMA) autorice otros preparados que ya se encuentran en su última fase de desarrollo. El siguiente será el de Moderna. El 6 de enero está previsto que se apruebe su administración en el viejo continente, como ya ha hecho la FDA en Estados Unidos. La siguiente en pasar por este filtro será la de Astra Zeneca desarrollada en colaboración con la Universidad de Oxford.
En Euskadi la campaña será muy similar a la de la gripe. Comienza en las residencias y es el propio personal de Osakidetza el que se desplaza a los centros a suministrarles las dosis a mayores y cuidadores. Cada equipo está compuesto por dos enfermeras y un administrativo. Las primeras se encargan de inocular la solución e introducir en el registro el nombre de la persona vacunada porque al de 21 días debe recibir una segunda dosis de la solución para garantizar la protección ante el virus. El administrativo gestionará el consentimiento informado que debe otorgar la persona que recibe el pinchazo.
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El proceso de vacunación durará 15 minutos por persona. ¿Por qué tanto? Para que los sanitarios puedan comprobar si el paciente muestra de forma temprana alguno de los efectos secundarios descritos por el fabricante -fiebre, cansancio o dolor muscular y de cabeza- para tratarlos.
Desde el Colegio de Médicos de Bizkaia insisten que estas reacciones «no son tan perjudiciales» como las graves complicaciones para la salud que puede causar en algunas personas el coronavirus. Y recuerdan que se trata de una vacuna que cumple con todas las garantías tras recibir el aval de la EMA.
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Representantes de la Agencia Española del Medicamento certificarán hoy el recibo del primer envío de la solución de Pfizer. El cargamento viaja desde Bélgica bajo estrictas medidas de seguridad y conservación. Los viales deben mantenerse a menos 70 grados para que no pierdan sus propiedades. Presumiblemente el acto de entrega tendrá lugar en el almacén que la farmacéutica tiene en Guadalajara. Desde allí la producción se repartirá a los 50 puntos de entrega repartidos por el país. A partir de ese momento serán los servicios de salud de cada comunidad los que se encargarán de recogerlos, almacenarlos y distribuirlos a sus puntos de vacunación.
La campaña de vacunación comienza mañana en las residencias y en estos espacios seguirá activa en enero. El objetivo es inmunizar al máximo número posible de los cerca de 16.000 mayores que viven en las instalaciones de los tres territorios, según los datos de las diputaciones. La vacuna es voluntaria, así que los ancianos o sus familiares deben otorgar un consentimiento para recibirla. Cuidadores, sanitarios y grandes dependientes serán los demás grupos que reciban las dosis durante el primer trimestre. A partir de entonces la campaña se abrirá de forma progresiva al resto de la población.
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