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Las principales iglesias de Bizkaia recuperaron el 11 de mayo su actividad litúrgica tras casi dos meses cerradas por la pandemia. Lo hicieron con un ... aforo limitado al 30% y medidas de seguridad muy estrictas. Ahora que ya pueden acoger al 75% de su aforo, una gran parte de los 296 templos vizcaínos -excepto los más pequeños o los situados en zonas rurales donde la gente mayor tiene mucho miedo a contagiarse- han retomado, además de las misas, las ceremonias más habituales, aunque con prevención. Están recuperando afluencia, si bien muchos mayores, el colectivo más fiel, todavía evitan seguir presencialmente los actos eucarísticos, según explican desde las vicarías territoriales de la diócesis.
Para las autoridades eclesiásticas, los creyentes de más de 65 años o con patologías previas están exentos de asistir a la eucaristía si lo desean. Pese a las medidas de seguridad, muchos prefieren seguir las misas por la radio o a través de la televisión. Incluso por internet. De hecho, «se ha incrementado mucho la demanda de la comunión a domicilio, un momento que muchos aprovechan también para confesarse», precisaron fuentes de la diócesis. El obispo pidió a las parroquias que ofreciesen esta posibilidad a los fieles. Sacerdotes y voluntarios llevan la comunión al hogar de las personas que requieren este servicio asistencial.
En las congregaciones de la Margen Izquierda y la Zona Minera, en cuyas parroquias urbanas se completó el aforo máximo del 50% el último domingo de la fase 2 de la desescalada, «se insiste en que personas de riesgo no acudan». Al tiempo, confirman que «se están llevando alrededor del doble de comuniones a domicilio de lo habitual».
«Todavía se nota bastante miedo y muchos mayores se quedan en casa, la mayoría porque se lo recomiendan», apuntan desde las vicarías de Gernika y Durango, donde casi todos los templos abrieron el domingo 31 de mayo con muy poca asistencia. El 7 de junio se apreció mayor número de fieles, parte de los cuales «han colaborado de forma extraordinaria en la adaptación de cada parroquia a la realidad del Covid-19». También en la Margen Derecha, Mungia y Uribealdea, con prácticamente todos los templos en funcionamiento, «el aforo máximo se completa los domingos, aunque gente mayor sigue sin acudir».
Hay más fieles en las misas de diario, para evitar precisamente las «multitudes» de los domingos. «Aún hay bastante respeto por los efectos de la pandemia. Hasta septiembre no se recuperará el ritmo normal de reuniones y de asistencia a las celebraciones», anticipan desde la vicaría de Bilbao. «La afluencia es casi la habitual, excepto por la gente más mayor, que se ha acostumbrado a estar en casa y todavía sufre temor e inseguridad», agrega Javier Martínez Suescun, párroco del Corpus Christi de Bilbao, además de periodista y escritor.
Las iglesias también van recuperando paulatinamente el resto de ceremonias, incluso las bodas. Y desde finales de mayo comenzaron a celebrar funerales atrasados, aunque muchos se han pospuesto a julio. En la capital vizcaína se celebrarán este mes más de una decena de bautizos, los mismos que en Leioa.
El viernes de la pasada semana, el obispo Mario Iceta presidió la celebración de las primeras confirmaciones de 24 chavales tras el confinamiento en la parroquia San Martín de Zamudio. Y al día siguiente, dos hermanos celebraron su primera comunión en la parroquia del Buen Pastor y Santa Teresita de la Peña, en Bilbao.
Eso sí, los rituales son distintos. Hay dispensadores de gel a la entrada en vez de agua bendita, porque llenar las pilas está prohibido. También de advierten cambios a la hora de suministrar la comunión -hay que tomarla en silencio, sin que se pueda decir 'amén'- y el sacerdote se limpia las manos con gel cuando presenta el pan y el vino. Los asistentes no se pueden estrechar la mano al darse la paz. El cestillo de donativos está en la salida de los templos, y no se pasa para evitar que vaya de mano en mano. Los fieles, por supuesto, deben llevar mascarilla.
La apertura a medio gas de las parroquias ha reducido los ingresos de la Iglesia. «La pérdida de recaudación es distinta según el tipo de congregación, pero en algunas que hemos testado los ingresos mensuales se han reducido entre un 50 y un 60%», explican fuentes de la institución. Durante 2018, la diócesis de Bilbao recaudó 21 millones de euros en ingresos propios y donativos. Sus 296 iglesias ingresaron casi 11. Algunas siguen cerradas por la pandemia, pero el levantamiento de los ERTE -se aplicaron a 135 empleados de varios servicios diocesanos desde el 1 de abril, la mayoría de ellos de reducción de jornada- ha permitido que otras recuperen la actividad. Los fieles también han podido donar a través del portal donoamiiglesia.es (gureelizari.eus) o utilizando el sistema de pago instantáneo Bizum, con código 38094, especificando en el apartado el concepto «a mi iglesia».
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Silvia Cantera, David Olabarri y Gabriel Cuesta
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