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manuela díaz
Martes, 11 de febrero 2020, 01:22
Markina mostró anoche con el ruido atronador de silbatos, cacerolas y aplausos su «rabia, dolor y enfado» por los más de cuatro días que Alberto Sololuze, vecino de la localidad, lleva atrapado en el vertedero de Zaldibar tras el derrumbe del jueves. Su madre, esposa ... e hija, rotas por el dramático accidente, en el que se vio implicado otro trabajador, vecino de Zalla, permanecieron en silencio en uno de los laterales del Ayuntamiento dónde apenas unas horas antes se había convocado la concentración a través de las redes sociales.
«Estamos completamente indignados por cómo se ha llevado este tema, no queremos que los que estén allí trabajando en el rescate sufran ningún accidente, pero nosotros también necesitamos sacar a los familiares, que pongan más gente para que siga avanzando y cerrar ya todo este dolor», señalaba Elena Gerrikabeitia, prima de la esposa de Alberto.
Sin pancartas y con un tinte sobrio y respetuoso con la familia y allegados, varios centenares de personas se dieron cita en Goiko Portalean para exigir que se prioricen las labores de rescate de los dos trabajadores, además de reclamar información y transparencia por parte de la empresa y los políticos. En este sentido, instaron al Gobierno vasco a que analice el impacto de la contaminación del vertedero en la salud de la ciudadanía y el entorno y que considere el accidente de Zaldibar como una situación de emergencia.
Tras el comunicado llegó el ruido con el que se pretendía elevar el tono de la protesta y la reivindicación en Markina. Un ruido que no cesó durante diez minutos y que estremeció a los asistentes. «Ha sido duro ponerse en la piel de la familia, pero necesitamos arroparles y mostrarles nuestro apoyo más sincero», comentaba Mertxe Ibarluzea, vecina de Etxebarria, de donde es la mujer de Sololuze. Una vez llegó el silencio, los asistentes se fueron acercando a la familia.
No es la única reacción en las últimas horas a la sucesión de paros en la búsqueda y nuevos datos sobre irregularidades y sanciones al vertedero. Al igual que en Markina, en Zaldibar, Ermua y Eibar también se celebraron concentraciones de repulsa. Desde la organización activista internacional Avaaz, además, recogen firmas para exigir la comparecencia del lehendakari, a quien reclaman que explique por qué estaba abierto el vertedero si se habían constatado «graves irregularidades» e informe sobre las razones por las que no se aplicaron las medidas necesarias para garantizar «la salud de los trabajadores, las personas afectadas y el personal de rescate».
«Nos hemos enterado ahora que a pocos metros de nuestras casas se recogía amianto y muchos residuos más que nunca sabremos», decía Iñaki García al término de la manifestación que recorrió Eibar y en la que se contó con la presencia de familiares de Alberto Sololuze y operarios de la empresa Verter Reciclyng. Begoña Vesga reclamaba el «derecho a recuperar los cuerpos de los dos desaparecidos». Tras una pancarta que decía 'Habéis convertido el dolor en rabia', centenares de personas exigían aclarar la situación del vertedero y desmontaban la leyenda que achaca a la papelera de Durango «la contaminación en Eibar. Ahora sabemos bien de dónde procede, del vertedero de Zaldibar», lamentaban.
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