Zierbena celebra su día de la independencia: «La ilusión no me la quita nadie»

Para los galipos hoy no es solo un día más en el calendario. Es su fecha más importante. Una jornada de orgullo para celebrar por todo lo alto su identidad. El 15 de octubre de 1992 Zierbena logró su ansiada autonomía. Un proceso largo, con muchas trabas judiciales, que culminó con la desanexión con Abanto. Este año, en el trigésimo segundo aniversario de esa hazaña, los vecinos vuelven a reunirse en el centro del municipio, de apenas 1.500 habitantes, para hacer gala de su orgullo.

Seis barrios geográficamente dispersos se unen este martes para disfrutar de un sentimiento común. Porque hoy no hay distancias que separen a La Arena, Kardeo, San Mamés, La Cuesta, Valle y el puerto; todos los habitantes de cada núcleo alzan la cabeza orgullosos de ser de Zierbena. Bien lo expresa Ricardo Uranga, que vivió el proceso de desanexión: «Todos andábamos juntos. No diferenciábamos entre barrios, íbamos todos a una».

Para ello se han organizado varios actos. Mayores y pequeños se han acercado a la plaza del Ayuntamiento para participar en los tradicionales eventos, como el aurresku de honor y el izado de la bandera. «Hoy es un día especial, con significado para todos nosotros. Que nos recuerda nuestra historia, y la fortaleza y unidad que siempre nos ha caracterizado a los galipos», subraya el alcalde, Eugenio Mendikote, tras salir con el resto del pueblo de la tradicional misa. A pesar de haber ganado en «calidad de vida y servicios», recalca, «somos conscientes de que hay familias que atraviesan dificultades y que hay jóvenes sin empleo». Motivo por el que desde el Consistorio seguirán «trabajando por los vecinos».

El honor de izar la bandera ha recaído este año en Bisi Fernández, que con 100 años cumplidos el pasado mes de enero –y muy bien llevados– se ha convertido en la más veterana de Zierbena. Con una sonrisa de oreja a oreja, ha soltado su bastón para elevar del mástil la bandera del pueblo. Un emblema que hace más de tres décadas ella y su hermana Eugenia, que trabajaron en el proceso de la desanexión, la llevaban con orgullo a pesar de que era ilegal y hoy en día, con todas las de la ley, lo siguen haciendo. La mujer afirma que en aquella época, con el Ayuntamiento en el barrio abantoarra de Gallarta, se tenía «algo abandonado» a los galipos. «Aquí llegaba poquito».

Pero finalmente, y tras tres intentos, la autonomía llegó. «Estábamos y seguimos estando encantados de la vida», añade Bisi justo antes de que su nieto, Endika, la acompañe a disfrutar de los festejos, que continúan por la tarde, con comida popular, conciertos, espectáculos de payasos, parrillada y los tradicionales fuegos artificiales. «La ilusión no me la quita nadie», recalca Marisol Fernández, disfrutando de la fiesta en familia. Para ellos tiene significado mayor, y es que su marido, José Antonio de la Quintana fue quien diseñó el escudo de Zierbena. «Él dibuja, pinta y hace muchas manualidades. Propuso un diseño añadiendo cosas de cada barrio y se lo aceptaron», explica orgullosa.

¿Cómo se llegó a este punto? El proceso burocrático para alcanzar la independencia arrancó en 1987, cuando más de medio millar de vecinos presentaron un escrito solicitando la segregación de la localidad. Fue refrendado posteriormente por el 75% de los galipos, aunque el Estado recurrió la decisión. Tras un largo y complicado proceso, lleno de trabas judiciales, las Juntas Generales de Bizkaia aprobaron por mayoría absoluta la desanexión de Zierbena en 1992.

A la tercera va la vencida, como dice el dicho popular. Y es que su ansiada autonomía la consiguieron en el tercer intento. El primero fue en 1878, tras la tercera Guerra Carlista. El segundo, en 1941, poco después de la Guerra Civil. En ambas fracasaron. Hace tres décadas, cuando los galipos finalmente lograron su objetivo y todo el trasiego valió la pena.

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